Le dije que quería hablarle y me propuso ir a caminar.
Como de costumbre, ya me estaba esperando en la puerta, asi que la saludé y partimos.
Aquél intento de charla fue un fracaso, el silencio era abundante.
Nuestra caminata estaba a punto de terminar y ninguno de los dos se había animado a hablar.
Así fue como al llegar otra vez a la puerta de su casa, nos frenamos e intercambiamos miradas por un largo rato. Ninguno decía nada y aún así, nuestros ojos transmitían nuestros más profundos pensamientos a la perfección.
Lentamente fue acercando su rostro al mío, yo permanecí inmóvil. Sentí su respiracion en mis labios y luego me dió un beso, pero no cualquier beso, sino uno de esos que son en la mejilla pero rozan, levemente y casi como una caricia, la esquina de los labios. Esos que te dejan con las ganas de besar su boca.
Luego, se dió media vuelta y se escondió en su casa.
Me quedé ahí, parado frente a su puerta, como esperando un final más claro, más preciso. Fue ahí que sonó mi celular. Era un mensaje de ella, "Perdón, me tenté" decía. Mis ojos brillaron, lentamente acerqué mi mano al timbre de su casa, y lo toqué.
La puerta se abrió de par en par. |