De dos buenos amigos les hablaré ahora
Cuya historia es por demás sorprendente,
Mas conviene contarla de modo prudente
Pues su conclusión no es muy alentadora.

Se trataba de muy renombrados actores,
Uno era Sherlock y el otro Watson, el doctor;
Entretenían y llenaban de intriga y temores,
A todo aquél que los veía por el televisor.

Más al fin llegó un caso que los superó,
Su intelecto no bastó para poderlo resolver,
Pues en eso Moriarty no tuvo nada que ver,
Sino que fue la Muerte que todo lo preparó.

Ni el haber sido también un hobbit y un dragón
Los pudo salvar de su horrible perdición.
La huesuda los enfrentó y les tocó perder,
En un duelo en el que mucho no se pudo hacer.

Ahora aquí Benedict y Martin descansan,
Su historia por siempre será recordada;
Aunque si con la flaca un acuerdo alcanzan,
Quizás vuelvan para la próxima temporada.