Parado, estático al borde del risco
Veo morir las últimas luces de la ciudad
Solo un momento, un breve chasquido
Y la ciudad quedara muda como una tumba

Observo, se aproxima el alba
Y la manada descansa debajo
Tranquilos, en sus sueños de carnaval
Bajo la enorme nube negra
Que se desplaza con alas de buitre
Refrescando las pupilas de los muertos y los vivos

En lo alto, casi no me ven
Sigiloso como un lobo
Aullando en silencio
Jugando con mí cronometro
Con mis dados y mi suerte

Saben que voy a llegar
Saben que ahí estoy
Aunque me esperen y no
Bajo un árbol en pleno mediodía
Acechando, masticando sus segundos
Me conocen y no
Los conozco como la palma de mi mano
Y obtengo el calor de quien cerca me quiere
Y el triste espanto de quien lejos me reza

Al borde del risco
Se estrella el sol
Y voy, para cumplir la jornada
Con la indiferencia y la estaca
A bordarles de sangre la jeta
A drenarles de golpe su alma
A parir lágrimas y sonrisas
A quitarles como un rayo la vida

Pues más solitaria que mi figura
No existe ente alguno
Rechazado e incomprendido
Dulce y amargo
Fresco y podrido

Yo, la escoria
La hermosa traición de algún dios
La muerte hecha y derecha
El tacto de lo absurdo
El caos y estallido
El barredor de este mundo.