V ER PARA CREER…
Todavía me considero ateo, por lo tanto me cuesta creer en esos misterios que se resisten a una mirada inquisidora. Pero vivo en Firmat, Argentina, y en este pueblo algo inmaterial se está manifestando ante los ojos del menos interesado…
Si piensan que comienzo un cuento se equivocan, solo quiero dejar un testimonio veraz sobre lo que sucede aquí, reiterada e inexplicablemente a primera vista: En una plaza pública, tres hamacas (léase columpios) se balancean vacías sin que nadie las empujen así…
Desde que fue observado dicho fenómeno, a este ignoto lugar del mundo han concurrido investigadores de distintos países con sus aparatos listos para descifrarloy llevarse sus conclusiones, (Chilenos, estadounidenses, japoneses…) Con distintas suertes por cierto, ellas no se mueven siempre, lo hacen sin una perioricidad establecida, y para estudiarlo hay que estar en ese momento justo.
Yo puedo hacerlo porque vivo cerca, porque de vez en cuando me doy una vuelta por ahí y las sorprendo infraganti. Voy con una cámara fotográfica vulgar en mis manos y con el sentido común más exacerbado en mi cabeza.
Resalto esto porque en ese programa norteamericano dedicado a desmitificar leyendas ” Verdad o falso” se refuta lo que opino falazmente. Primero porque no es un mito, este extraño suceso sigue exhibiéndose a la vista de quién pase por ahí ahora mismo… “ Los columpios se mueven por una perfecta combinación de factores ambientales” Esta fue la rebuscada conclusión científica a que arribaron estos sagaces "investigadores". Después de someter bajo una carpa a estas hamacas con instrumentos que nada probarían( un ventilador, un turbo- magneto por lo que pude espiar entre las lonas ) más la palabra locuaz de una preciosa morocha latinoamericana como conductora moviéndose dentro de la secreta imposibilidad de no poder llegar a ninguna conclusión novedosa… Este "documental" ya se ha emitido y me resulta de grosera superficialidad. Yo estuve presente en esos tres días que anduvieron por aquí. A la joven productora de TV de Buenos Aires que les sirvió de nexo en argentina, le entregué fotos reveladoras para que se las hiciera llegar al hotel, y muy indignado también la increpé:
“Decile a esos científicos de morondanga que nada van a probar si las hamacas no se están moviendo”… Me las devolvió en el acto. “Usted tiene que pensar que están grabando un programa de televisión, que nada es científico. Ellos vienen con el tiempo medido, hacen lo que traen pensado y enseguida regresan… No se van a distraer profundizando lo que se ve acá. Usted no sabe cuántos dólares les cuesta quedarse un día más en esta producción…
Ahora hay muchos vídeos particulares subidos a Internet (yo tengo catorce minutos grabados en mi cámara), pero hace unos diez años atrás no se sabía nada de este extraño evento. ..
A un muchacho que todavía vive frente a la plaza, le parecía extraño oír en plena madrugada el chirriar de las cadenas en sus pivotes, supuso que serían chicos de la calle hamacándose a esas horas…. Hasta que intrigado comenzó a observar desde su ventana lo que pasaba realmente: los columpios se balanceaban solos. La noticia nos llegó a todos y todos nos interesamos en el tema. Enseguida se conoció la versión de que en ese predio, cuando se estaba construyendo el barrio, un chico jugando había muerto tras golpearse sobre un gran caño de desagüe aún sin colocar. También se recordó el fallecimiento súbito de un señor mayor por una causa que no recuerdo.
El imaginario colectivo no tardó en concebir la idea de que sobre esas hamacas actuaban uno o dos fantasmas moviéndolas. De día son invisibles, pero de noche yo diría que no tanto…
Aquella noche en que obtuve mi primera fotografía estuve con mi hija de veintidós años. Había venido a visitarnos, quiso acompañarme y allá fuimos… Ya aclaré que es cuestión de suerte, cuando llegamos se movían dos. Ambas se columpiaban a distintos ritmos mientras que la tercera se mantenía completamente quieta. Esto ya lo había visto decenas de veces de día, pero mi nueva sorpresa fue cuando enfoqué mi cámara en visión nocturna; me encontré con algo más: Sobre cada una de ellas, una esfera blanca de luz mortecina, que sin estar asentadas sobre ellas, las seguía o las arrastraba”. Y otra cosa; todo el entorno estaba envuelto en una nubecilla de textura transparente que dejaba ver lo que estaba atrás (otros curiosos) de manera desdibujada e imprecisa.
Cuando le pasé la cámara a mi hija y miró, me la devolvió asustada. “¡Papá yo me voy!” y corrió a encerrarse en el coche de un portazo...
Cuando el interés de la población fue una presión social el intendente tomó carta en el asunto. En nuestra provincia vecina se habla mucho de avistamientos de Ovnis, se cree que allí hay una base y un grupo de especialistas permanecen en atenta vigilia. Poseen un equipo de instrumentos altamente sofisticados, y a ellos convocó.
También las aislaron en una carpa inflable a manera de que factores climáticos no incidieran, (el viento especialmente) pero supieron tener la paciencia necesaria y esperar varios días. Varios días con sus largas noches, hasta que de pronto y furtivamente levantaron todo y se fueron. Según los trascendidos de aquel momento las estudiaron en plena acción, pero no quisieron dejar una explicación al respecto. El intendente se sintió desairado y vía email les exigió una respuesta: A la semana pudimos leer en el diario local un manifiesto que recuerdo más o menos así: “De acuerdo a nuestros estudios y verificaciones podemos asegurar que en ese lugar no existe fuerzas electromagnéticas, ni otras manifestaciones de origen terrenal o extraterrestre. Lo que ocurre ahí escapa a nuestra competencia; es de origen para- normal o sobre-natural.”
En fin, voy creyendo a medida que veo. No vi fantasmas, pero sí creo que “eso,” sobre cada columpio, es un núcleo de energía o lo que se llama vulgarmente “Alma ”. Algo que me hizo recordar a aquella fotografiada como gran descubrimiento con una ya vetusta cámara “Kirlian”. Que no es poco para mí, suficiente para sospechar otras formas de manifestaciones que aún no se me presentaron.
Entonces doy fe de lo que veo, tecnología mediante. Más adelante no sé qué. Tal vez, dios dirá…




Nota: Si desperté alguna curiosidad ver en Google: Hamacas de Firmat.