Estoy viendo personas, eso creo yo. Todo el tiempo están cambiando, pero siguen siendo lo mismo, circuitos, electricidad. Yo me estoy desvaneciendo y al mismo tiempo me sumerjo entre electrones. Estoy aprendiendo a ver las partículas moviéndose dentro de los átomos pero veo un poco más allá, y el dilema moral que me atormenta lo voy desapareciendo cuando aprendo a verlos en todo su esplendor. Las barreras que uno pone a otras personas sólo sirven cuando la otra persona no puede entrar en el territorio de uno, este no es el caso de ustedes. Se mueven y buscan la victoria, pero cuando ganan se sienten miserables y en su frustración, ceden a los instintos sexuales, los más salvajes del ser humano.

No estoy viendo a las personas como seres hechos por medio de articulaciones que juntan las partes de sus organismos, los estoy viendo como una serie de circuitos que han sido juntados aleatoriamente y así es como quieren verse, simplemente como electricidad y no como seres que sufren profundamente y que necesitan expresarlo. Las masas siempre fingen, siempre están mintiendo, yo quiero dormir para siempre y no quiero nada más; y esto lo he concluido porque he podido ver a través de la piel de cada ser humano, cada persona simplemente quiere descansar, del flagelo que es la vida, y esto nunca termina, pues una y otra vez, por motivos que vienen desde nuestros antepasados, nunca concluimos completamente nuestras metas.

Para no caer en la carrera de la infinitud, es decir, en la secuencia de metas inacabable, uno debe desalienarse del sexo, pues esta es la causa de la lista interminable de actos que producen dicha y tristeza. Todos vamos seguros de que no hay razón para que tengamos temor, pero esto es una gran mentira, pues las personas que temen, están aprendiendo acerca de la realidad, y de esos miedos debe haber un producto con el cual se entienda más la existencia. La sociedad la hemos construido con eufemismos, decires famosos con los cuales evadimos la naturaleza de la existencia, y no podemos evadirla más.

No es posible que sigamos evadiendo que la justicia es el fundamento de la sociedad, y a pesar de que la historia de la humanidad demuestra la locura humana, siempre vamos hacia una iluminación, aunque sea muy difícil de hacer. Si la verdad es molesta, la mentira lo es dos veces más, y es más dañina cuando uno se la dice a sí mismo; pero muchos son incapaces de ver más allá de lo evidente, lo obvio; que estamos hechos de moléculas, pero no ven que venimos de un espermatozoide. Todos nos cansamos de luchar porque nos damos cuenta de que hay algo que está mal, en nuestra fecundación; la justicia debe ser implacable, y en consecuencia no podemos seguir fingiendo que la máquina humana es el origen de la injusticia, y analizando esto, damos unos pasos para concluir que no podemos continuarla. Querer continuar la especie humana, es como querer continuar un infierno, ni la mente más macabra podría pensar eso.