Yo, por las mañanas,
me abriría como capullo
seduciendo tus prohibiciones
y empinando mis pecados.
Con mi cuerpo dibujaría,
sobre todos tus rincones,
escenas de cuando éramos libres;
y con mi lengua tatuaría, en tu ingle,
una visión,
del tiempo en que me querías
y me consumabas en aquella cama universitaria,
sobre la que nunca pudimos jugar.
Con tu bálano,
prisionero de mis dedos,
recorreríamos como un par de niños curiosos
la costa, sierra y selva
de mi piel de india.
Y una vez olvidados,
por el delirio,
nuestros vínculos,
izaría mi bandera sobre tu virilidad matutina.
Cabalgaríamos juntos,
frenéticos,
posesos...
Engarzados,
seríamos el resultado de la metamorfosis del tiempo,
Tus paseos por Xochimilco sin mi;
Tlaxcala, tú olvido;
Puerto Madero de noche y mis recuerdos;
Mi fotografía en Huayna Picchu sin tus ojos...
Seguramente nuestras nacionalidades se abrazarían
Y entre gemidos
y palabras
y frases ausentes,
descubriríamos un lenguaje nuevo.
Tu vaivén me exorcizaría los amantes,
yo, transfiguraría en todas tus mujeres,
hasta reencontrarnos en los besos ardientes que coleccionamos con los años.
hasta sacudir el polvo de nuestras cicatrices
y acariciarlas mutuamente
con placer y devoción.
Yo, por las mañanas,
me abriría como capullo,
me colaría entre la luz
que penetra las ventanas de tu afecto,
mordería tu boca,
tu aliento
y sería fricción endemoniada en ti...
...
...Y si fuera pecado...
Me condenaría a mil infiernos.
Aunque siempre duela un poco devolverte a tu mundo.
y retornar sin culpas junto al mío...
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