La sala cayó en silencio cuando él atravesó la puerta, su simple presencia respondía una de las preguntas más antiguas que la humanidad alguna vez se ha planteado. Él hombre azul caminó hasta sentarse junto a mí, todos dentro de la estación de radio miraban fijamente al extraterrestre y algunos le tomaban fotos y videos con una demencia fanática.
-¿Cómo estás?- le pregunté en tono de saludo.
Él me miró fijamente con sus ojos amarillos.
-Bien, bastante bien, perdona que olvidase saludarlos, no es algo propio de mi especie.
-¿Ustedes no se saludan? - pregunté confundido - ¿cómo inician una conversación?
-Simplemente la iniciamos- dijo mirándome fijamente-, tú confusión sobre nuestra manera de conversar es casi tan grande como la mía sobre vuestra manera de comportarse.
Analice sus expresiones y miré algo que tal vez pudo ser una sonrisa en su cara.
-El programa empezará dentro de unos minutos, si quieres puedes ir pensando lo que vas a decir, la entrevista será transmitida por radio y televisión.
Él miró hacia arriba con un poco de confusión. -Está bien- contestó.
Lo observé fijamente mientras él miraba a las personas invitadas, los demás periodistas y las cámaras de prácticamente todos lo noticieros del país.
Su cuerpo era idéntico al de un ser humano, la única diferencia es que toda su piel es color azul, tiene unos profundos agujeros debajo de las orejas que parecían no tener fin, y sus ojos son color amarillo. Por otra parte su personalidad era muy tímida e incómoda, caminaba como si no se sintiera a gusto con su cuerpo. Su manera de hablar era muy extraña, las palabras que pronunciaba no concordaban con la manera en que movía su boca.
Recordé hace tres días cuando ellos llegaron. Ese día La Nasa descubrió un asteroide que se aproximaba a La Tierra a una velocidad increíble. Una vez que el “asteroide” desaceleró pudimos ver su verdadera forma. Era una nave, pero no era como el clásico OVNI que todos imaginamos, su forma es la de una pirámide triangular y su tamaño supera la dimensión de quinientos aviones comerciales juntos, es de color rojo con lineas amarillas y no tiene ninguna turbina o hélice, pareciera como si se elevara sin ningún tipo de ayuda y además no provoca el más mínimo ruido.
Primero ellos contactaron a la Nasa y a todos los gobiernos del mundo para que estos avisaran a las personas de su llegada, sabían que si llegaban sin avisar provocarían pánico e histeria colectiva en todo el planeta, y aún así cuando llegaron hubieron saqueos y desorden en todas partes.
La entrevista estaba a punto de comenzar, después de que ubicaran las cámaras y “el hombre azul” saliera para que los medios lo entrevistaran antes de nuestro programa.
Él se volvió a sentar a mi lado y me miró con los ojos entrecerrados. -Su prensa es demasiado intensiva- dijo mientras se rascaba los ojos.
Esta vez ambos nos reímos, era muy extraño compartir una risa con un alienígena pero en el momento no me di cuenta de ello.
Tras los saludos del inicio de la entrevista me dispuse a preguntarle todo lo que había planeado.
-Así que- dije - me gustaría que iniciaras diciéndonos a todos tu nombre.
-¿Nombre?- preguntó él mirando hacia arriba-, ¿te refieres a cómo nos distinguimos por medio de una designación verbal?
-Exactamente- contesté.
-Es impronunciable para sus cuerdas vocales, pueden seguir llamándome hombre azul si así lo desean.
-Me parece bien,- dije- y ¿cuántos años tienes?
Él se rió sarcásticamente.
-En tiempo terrícola este cuerpo tiene tan solo tres días de antigüedad, pero mi conciencia tiene aproximadamente milenio y medio de existir.
La sala se quedó en completo silencio e incluso yo quedé perplejo.
-¿Podrías explicar esa última oración?
Su sonrisa sarcástica permaneció, presentí que él conocía la corta duración de la vida humana y sabía lo impactante que esto era para nosotros.
-Empezando desde el principio- dijo él acomodándose en su silla-, todo comenzó hace mucho tiempo, es incluso difícil recordarlo por mi cuenta debido a la cantidad tan grande de años que han pasado. Su expresión pasó a ser melancólica y por un momento se quedó en silencio.
-Ustedes deben tener muchas dudas- prosiguió-, pero déjenme explicarles. Nosotros solíamos ser una raza igual a ustedes, vivíamos en la otra esquina del universo a una distancia Galáctica de este planeta, nos vimos obligados a abandonar nuestro planeta y viajar a las estrellas para salvarnos, después tuvimos que viajar a través de galaxias enteras. Como bien lo pueden imaginar no teníamos la suficiente comida ni oxígeno para completar este viaje, además no podíamos detenernos a buscar más, una vez que los recursos escasearon decidimos que, la única manera de poder sobrevivir era fusionando nuestra conciencia con las computadoras de la nave y abandonando nuestro cuerpo mortal y biológico.
-¿Por qué abandonaron su planeta?- interrumpí- ¿qué los obligó a hacerlo?
Él sonó su garganta. -Estábamos en guerra con otra raza Interestelar, ellos desarrollaron un arma que creaba un agujero negro y provocaba un brote de rayos gamma, nos logramos dar cuenta antes de que nos atacaran y muchos escapamos en nuestras naves, pero los brotes de rayos gamma destruyeron todos nuestros planetas en un tiempo record, al final solo pudimos huir y por esa misma razón no pudimos detenernos por alimento o oxígeno, solo pudimos huir y si nos deteníamos, ellos nos mataban.
La sala se llenó de tristeza y melancolía.
-¿Este cuerpo azul como lo conseguiste?- pregunté.
-Lo sinteticé idéntico a el de un humano para que no los asustase mucho a ustedes, mi verdadero cuerpo, el que abandoné hace más de un milenio es muy diferente a un cuerpo humano, y por si se lo preguntan, no hablo ningún idioma terrícola, mis cuerdas vocales y oídos tienen un traductor que me permite entenderlos y que ustedes me entiendan.
-¿Cómo lograron esquivar a esta otra raza?- pregunté.
-Podría ser un poco difícil para ustedes entenderlo, pero la sección del universo donde vivíamos, en su totalidad está constituido por lo que ustedes llaman antimateria, así que para huir de ellos decidimos atravesar “la barrera de la materia” y transformar la nave de antimateria a materia para que no se destruyese cuando llegaramos a esta sección del universo. Un par de siglos después logramos encontrarlos a ustedes.
-¿Qué me puedes decir sobre tu verdadero cuerpo?- pregunté intrigado- ,¿cuál era su forma?
El se quedo pensando. - Se podría describir como un híbrido entre en insecto y un ser humano, teníamos alas y la capacidad de volar a alturas no muy altas, nuestra cara era más alargada que la de los humanos y tenía rasgos muy parecidos a la cara de las hormigas, nuestros ojos eran totalmente negros y se tornaban rojos al recibir placer, no teníamos nariz, respirabamos por todo el cuerpo. También éramos seres con dos piernas como ustedes y caminábamos de la misma manera, algunos de nosotros desarrollaron nuevos brazos y lograron tener hasta seis. Gran parte de nuestra especie era color marrón y el resto eran totalmente negros, claro nosotros nunca nos matamos por eso.
-Si hubiésemos visto tu verdadero cuerpo probablemente sentiríamos una gran repulsión- contesté- debido a nuestro asco hacia los insectos.
-No creo que logres imaginar la forma exacta, probablemente ustedes gritarían.
Ambos reímos, la conversación se había vuelto más casual y cada vez lograba conocer mejor a este ser de otro mundo que parecía tener las mejores intenciones. Mientras seguíamos hablando él nos prometió curar todas las enfermedades del mundo y ayudarnos a desarrollar tecnología interplanetaria en menos de un año, luego nos explico los errores de la teoría de la Mecánica Cuántica y la Relatividad General, después, y sin que nadie dentro de la estación apreciara el gigantesco hallazgo científico, nos enseñó cómo unificar ambas teorías y nos explicó cómo funcionaba el universo en su totalidad de la manera más simple posible, como si para él siempre hubiese sido algo obvio.
-Lastimosamente la entrevista está a punto de terminar- dije- pero me gustaría acabar con una pregunta que tiene muy intrigado desde que te conocí; ¿Qué opinas tú de los seres humanos?
El extraterrestre se quedó pensando por mucho tiempo y finalmente contestó. -Me parece una raza espectacular, a pesar que ustedes han tenido todo tipo de conflictos y por muchos años se han matado siguen siendo más civilizados que muchas otras razas que he conocido, pero fallan en sus bajos niveles de empatía y su poco coraje por buscar la igualdad, es decir, son las minorías las que buscan que todos tengan lo mismo, los demás se conforman con tener ellos y listo, pero a gran escala, La Tierra está muy bién.
-¿Es decir que conoces más civilizaciones espaciales?
-Sí, más de las que puedes imaginar.
-Tendremos que hablar de ellas en otro momento, fue un placer hablar contigo- dije mientras le tendía la mano en señal de despedida.
Hicimos la despedida del programa, había sido el canal más visto en muchísimo tiempo, hubo tanta gente que en algunos momentos la transmisión se cortaba.
Me despedí del hombre azul y él salió tratando de esquivar a la prensa y todos los que estaban afuera.
Al salir, el extraterrestre se volvió invisible para esquivar a las personas y llegar a su nave, detestaba la manera en que los humanos se aglomeraban y gritaban sujetando carteles o cámaras, agradecía fuertemente no ser terrícola y no haber nacido en la época en que su especie era como los humanos, para su opinión privada él pensaba que los seres humanos eran asquerosos seres que se matan entre ellos por cualquier idiotez, y realmente no creía que estuvieran bien a gran escala, bastaba solo mirar la atmósfera de su planeta para darse cuenta que estaban muy mal. Aún así debía de hacerse aliado de La Tierra para empezar una nueva civilización de su raza allí en el Sistema Solar, necesitaba la ayuda incondicional de La Tierra.
Mientras se dirigía a el espacio pensó en ello y se sintió muy bien, finalmente había encontrado donde volver a empezar.