Has sabido engañarme con tanta naturalidad que ni siquiera me he dado cuenta de que mentías cuando me asegurabas que querías compartir tu vida conmigo; que a nadie habías amado así... y mil sandeces mas que no me atrevo a pronunciar sin que se deslicen lágrimas por mi rostro; me he prometido que esta vez no voy a llorar mientras escribo uno más de mis fracasos...
Tú sabes que fuiste capaz de darme tal fuerza que me ayudara a levantar una muralla, a construir con tus manos y las mías un lugar cubierto de amor y sinceridad que ambos hasta hoy hemos compartido...
Tú sabes que con tu ayuda reconstruimos mi alma, la que sólo sentía odio y desesperación, la que no creía en nada ni en nadie; la que quería vivir sola con su ira, su engaño y su libertad... en cambio la convertimos en tu aliento y en tu espíritu... en tus pasos y en tus palabras... en tu alegría y en tus mandatos... en tus desprecios y en tus besos... quizás si no hubiera sido tan fiel a ti, hubiera tenido el suficiente valor para dejarte; pero sabes que soy una cobarde y nunca he sabido defenderme de tus palabras...
Hoy, sin el más mínimo tacto me dices adiós... así, sin más, sin nada que añadir, sin pedirme que te suplique una vez más; me dices adiós sin pensar en lo que ayer me hiciste sentir con tus manos acariciando mi cuerpo... me dices adiós sin explicarme qué es lo que nunca te di o te entregué demasiado tarde... sin pedirme perdón por las numerosas ocasiones en las que perdiste el control... quizás la culpa es mía, por no expresar lo que sentía en cada momento y por hacerte creer que mi corazón es de hierro...
Hoy; sin darme un último beso, un abrazo, una miserable palabra que me hiciera pensar que tal vez algún día vuelvas a mi... sin nada que me ayude a dejar de pensar en ti, sin ningún gesto de bondad hacia la que hasta este día fue tu esclava; te marchas...
He dejado que manches mi persona con tus ruines y grotescos comentarios; que ensuciaras mi vida con tus moraduras y tus bofetadas; que me tachen de mentirosa... y has conseguido que nadie crea en mi porque eres tan buen actor que has logrado engañar al resto del mundo... pero a mi nunca me pareciste un santo ¿sabes?