Cayendo despacio hacia el desamparo y el desalojo La tristeza aturde azumaga los sentidos Este dolor no comprendido que se ata dentro amarrando al orgullo con violencia quieta Esta pena que embarga embriaga y retiene resuelta a rompernos enteros sin piedad ni consuelo Morir sin Dios sin creer en nada desastrado, anonadado dejado suelto a la deriva hundiéndose sin remedio Sufrir de algo incierto quemar todas las naves y entregarse al olvido Esta pena tan grande desilusión del alma fuerte Esta tristeza insondable magulla mi mente ocupa mi oído se agolpa en mis ojos Es un velo rancio grande como un océano frio y distante malvado, asesino No sé ni cómo escribo quizás me recupero
Texto agregado el 08-09-2004, y leído por 247 visitantes. (2 votos)