¿Qué fue de Miranda Páez?

Siempre me hacen esta pregunta y a veces no he sabido que responder. Por eso me puse en campaña para ubicarla y saber de su vida. Miranda Páez fue mi musa por cerca de dos años y estuve muy enamorado de ella, hasta que me convenció que lo nuestro era imposible y que ella no me amaba y que jamás lo haría.
Poco a poco fui tratando de alejarla de mis pensamientos y dejé de buscarla en el Msn todos los días, donde me bastaba unos minutos de Chateo para quedar feliz.
Cuando logré ponerme nuevamente en contacto con ella, su vida había cambiado radicalmente. Creí que estaría casada con su eterno novio y que habría agrandado su estudio, tomando más socios para formar un Buffet de abogados importante. Pero nada de eso había ocurrido. Con su novio no había terminado, pero habían decidido no casarse todavía y tomarse un tiempo para reflexionar. Darse un tiempo de espera, para tratar de conocerse mejor y si se hacían falta, si se extrañaban demasiado, entonces sí, unirse para siempre. Ambos son muy jóvenes. Ella tiene 25 años solamente.
Pero, además, Miranda había decidido también, dejar por un tiempo su carrera de abogada exitosa, para decidir si en realidad, era eso lo que le gustaba para su vida.
Parece un poco descabellado, después de los sacrificios que hizo para recibirse, ponerse a pensar si había elegido bien, si el Derecho era su vocación. Pero la avasallante personalidad de Miranda, se impuso a todo razonamiento de su familia y amigos en contra de esta decisión y su vida dio un giro de 180 grados.
Ahora tenía un lujoso restaurante al que administraba y llevaba viento en popa.
Me invitó a visitarla en México y decidí ir.
México es un país maravilloso, lleno de gente maravillosa y de una música y una comida genial. Las playas son de un mar celeste transparente, que deja ver el cielo en su fondo y los pececitos de colores juegan entre los pies de los turistas y hacen reír a los niños. L arena es blanca y fina, el clima es perfecto, el cielo es azul. Hay flores por todos lados y en los puestos de frutas, hay papayas y mangos (el más rico es el de Manila), carnosos, dulces, perfumados y también piñas, plátanos y toda clase de frutas tropicales.
La cocina mexicana, según me explicó Miranda, es una de las más sofisticadas del mundo por su inmensa variedad de aromas, especias, colores y sabores.
—Acá en mi restaurante —me aclaró Miri —hay platillos que llevan hasta quince diferentes tipos de especias. Hay sopas que se hacen con pétalos de flores. Seguramente tú sabrás que el chocolate ha sido la gran contribución de los aztecas al mundo. Se llamaba tzocoatl y se comía amargo (el chocolate dulce fue una ocurrencia de unas monjitas francesas en el siglo 19 cuando se les ocurrió agregarle leche y azúcar).

Yo miraba a Miranda arrobado. Estaba tan compenetrada con su restaurante que no me quedó duda, que si se casaba algún día, su marido tendría que lucir el alto gorro de los chefs. Se veía hermosa, con sus mejillas arreboladas por el calor de las cocinas, al ir a vigilar como avanzaban los diferentes platillos que se estaban preparando.

—Te voy a hacer probar el Mole poblano Se hace de res o de pollo.
—Mirá, pibita —le dije —que los mejores platos con carne los tenemos en la Argentina.
—¡jajaja! —Su risa cristalina que tanto recordaba me hizo daño..
—Te voy a contar como se hace. Acá usamos el chocolate para cocinar la carne, picante y con una extravagante mezcla de especias incorporadas al chocolate que hacen de este platillo uno de los más exquisitos manjares mexicanos, que haya saboreado el paladar humano.
—¡Como se nota que eres abogada! Con el énfasis con que recomiendas el Mole Poblano, convencerías al jurado más estricto.
La verdad es que tenía toda la razón. Es un manjar digno de los dioses. No me repetí otra porción porque estoy a régimen y deseaba probar otras cosas también. Aproveché para tomar notas en mi libreta negra y les cuento: A los sándwiches los llaman tortas y a las tortas pastel.
Al tomate nuestro lo llaman Jitomate . El picante es realmente muy picante y lo ponen hasta en la fruta. He visto niños saborear unos chupetines muy dulces, cubiertos de chile molido, que le pondrían los pelos de punta a cualquier argentino adulto, para quien todo sabor más allá del puré de papas es “demasiado picante”
Los mexicanos pueden sentarse a almorzar hasta las tres de la tarde, lo que quiere decir desde las tres de la tarde. Pueden tomarse tres o cuatro tequilas, uno atrás del otro y levantarse de la mesa, dos horas mas tarde como si nada.
Miranda me sirvió para desayunar huevos rancheros (fritos) con frijoles, tortillas y salsa de chile picoso (quiere decir picante). Al dulce de leche lo llaman cajeta y es muy rico.
—A México lo llaman lindo y bonito —me dice Miranda. Yo haciéndome el gracioso le pregunto:
—¿Qué significan esa palabras? Porque acá cambian todo…
—¡Jajajajaja!—Miranda se ríe con picardía y me contesta —Lindo quiere decir Bueno y bonito significa Lindo…

Sorprendido le digo: —“A poco” (que quiere decir “!no lo puedo creer!”) y ella me contestó resignada: —“pues ni modo” que quiere decir “así son las cosas”

Bueno, ya cumplí con los que me preguntaron sobre la vida actual de Miranda Páez.
Se fue de la página porque le demandaba demasiado tiempo, pero escribe cuando puede y algún día publicará algo.
Está más bonita que nunca, solterita, apetecible y con más plata que político retirado.
En su corazón no pude entrar, pero creo que me dice la verdad cuando me asegura que lo tiene en reposo absoluto…