A la vista del preservativo era muy difícil soslayar el hecho. Pero el cerrojo de la puerta y el vacío que se abría entre la estancia y el suelo, sumieron en la perplejidad a la señora Pancrass. Por otro lado el orgasmo que había experimentado se alineaban en la linea primera. De no haber gato encerrado era imposible congeniar la suma de indicios que abundaban en una u otra dirección. Era posible que hubiera, sin embargo, abandonado la estancia un ser volátil, una especie de nuevo espíritu santo.
(Se verá en el siguiente episodio).
Texto agregado el 21-10-2015, y leído por 118
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Lectores Opinan
22-10-2015
jajajajajajaja
El hombre invisible tambièn tiene sexo, o los fantasmas poseen cuerpos vivos, Bueno en estos dos casos el persevativo sobra.
jajajajajajajaja DELL
22-10-2015
Si provoca semejantes orgasmos...dudo de su santidad.UN ABRAZO. GAFER