-¡contéstame mamá! dijo Erika. ¿encontrarte a quién? ¿A mi papá?
-si dijo después de tragar saliva y tomar valor. lo vi en la calle.
-¿y cómo está?
-sigue siendo taxista.
-quiero conocerlo dice Erika.
-entiende Erika. Él no te conoce. Él no sabe que existes.
-pues dile. le dice Erika.
-no es tan fácil.
-no me niegues la oportunidad de por lo menos conocerlo.
-mañana hablamos de esto. dijo Maite.
Esa misma semana Gerardo durmió en casa Natalia pero no podía evitar pensar en ella.
-estas muy callado dijo Natalia
-lo siento. Es que tuve una semana muy pesada.
-me imagino.
Pero él pensaba en lo bella que estaba Maite.
Dos semanas después de nuevo al salir de su clase de yoga se encontró a Gerardo.
-¡de nuevo! dijo Gerardo.
-hola. ¿Cómo estás?
-¿bien y tú? pregunta él.
-bien gracias. ¿Tienes algo que hacer? pregunta ella
-para nada.
Llegaron a un café que está en la esquina y platicaron. Había llegado la hora de decirle la verdad.
-¿y que ha sido de tú vida? pregunta Gerardo.
-pues, estudie contaduría.
-¿y tú?
-yo no tuve ese privilegio. responde Gerardo.
-¿y tienes pareja? pregunta ella.
-si. Estoy saliendo con alguien. Es menor que yo
-que bien dijo ella. Pero en el fondo le dolía oír eso.
-tengo una hija. dice ella sin pensarlo.
-qué bueno
-tu eres el papá de mi hija.
Continuara
Texto agregado el 20-10-2015, y leído por 122
visitantes. (2 votos)