Ensallaba esa noche en como recibirla, inconscientemente pero ahora me doy cuenta que todos lo hacemos. Me sumia lentamente en una profunda relajacion corporal, la respiracion disminuia en intensidad y los ruidos de la calle se fundian con los de mi sueno. Mis ulitimas vivencias diurnas adquirian proporciones mitologicas.
Invariablemente me gusta morir cada noche, bueno practicar en menor escala los pormenores de la experiencia venidera, experiencia que solo ella puede montar en escena.
Solia aumentar la productividad de los suenos mediante el estimulo mental previo al dormir. En esa ocasion me tope con una puerta que emanaba una luz verde-azulada de su interior. Entro una rafaga de aire en el cuarto y la puerta se desvanecio por un par de segundos, solo para recuperar su fulgor original. Siendo yo hombre de ir al grano abri la puerta sin reparo. Me sorprendi al ser recibido por mi otro “Yo”
-Hola Obed! Llegas justo a tiempo.
-A tiempo para que ? me pregunte a mi mismo.(En este caso a mi “yo”consciente) y obviamente yo mismo me respondi.
-Te esperabamos para que seas tu el que cierre la puerta, seras el ultimo en entrar por ella esta noche, ya todos estan reunidos en el templo.
-Me gire y cerre la puerta de los destellos Verdi-azulados. Extranamente tenia la llave en el cerrojo, solo la gire y la puse en mi bosillo. (Tal vez la necesitaria mas pronto de lo pensado)
-Yo mismo me mostre el camino, veia figuras danzar en las ventanas del templo.
Llegamos a la entrada y nos recibio una exhuberante rubia de labios carmesi, antifaz y toda la cosa.
Habia cruzado el portal de las luces neon y todo el misterio acompanante solo para llegar a una fiesta de disfraces?
La rubia me dio un ticket con el numero 4 estampado y me guino un ojo diciendo mucha suerte! Mi otro yo me saludaba desde el interior con una copa ya en su mano, lo segui pero se perdio de vista. Me sentia fuera de lugar y buscaba una escapatoria, cuando percibi un olor penetrante pero agradable, seguido de una mancha suspendida en el aire color morado. Una mujer Hermosa pasaba de lado y extranamente tenia un 4 tatuado en el cuello. La mujer me miro por escasos segundos, pude percibir frio en sus ojos azules, glaciares. Contrastaban esos ojos con su cabello negro y tez blanca polar. Se deslizo por entre la gente como si llevase prisa, me invito a seguirla con la Mirada, lo se. La segui y pronto subiamos escaleras, escaleras y mas escaleras. Mis piernas se iban cansando, como era posible que ella fuera capaz de mantener ese paso?
Subio cercirandose de que la seguia, apretando el paso; o seria que el mio se iba haciendo mas lento?
Subiamos y los peldanos se iban haciendo mas escabrosos, a nuestro paso grandes serpientes de fuego amenazaban los talones. Ella no parecia inmutarse, solo me mostraba el camino mientras yo luchaba con todo tipo de monstruos de varias cabezas, de fantasmas, de espiritus. En ocaciones era dificil seguirla pues las distracciones de la escalera eran casi insuperables, en un peldano alto estaba un nino, un nino que me parecio terriblemente familiar. Despues me di cuenta que era yo de pequeno. Este nino estaba alli para mostrarme mis temores infatiles; no subas mas me decia, es obscuro y tu le tienes miedo ala obscuridad. Lo aparte del camino y segui, sabia que me tendia una trampa. A estas alturas mis piernas no daban mas, mis manos parecian haber estado bajo el agua muchos dias, mi vista cansada confundia los escalones. Note que de repente descendiamos, y agradecido tambien arrecie mi paso. El peso era menos en mis piernas cansadas, bajaba con facilidad. De repente se detuvo, hermosa como siempre y me dijo; Bien, hemos llegado al final de tu travesia. Un tanto dificil no es asi?
-Quize contestar, mas bien preguntar el motivo de todo esto pero mi voz era un delgado cordon plateado que salia de mi boca.
-No te preocupes has sido muy afortunado! Mirate al espejo, los dias han sido bondadosos contigo, has envejecido con gracia. Ese mechon de canas te sienta bien.
Me mire en el espejo y pude ver la progresion de los anos, seguro que sumaban 60 cuando menos.
-Vamos, ha sido un dia cansado, manana iremos por el resto.
Me tendio su mano y me ayudo a recostarme en un comodo sillon, ya era tarde y yo estaba cansado.
"Le bastaba una mirada para envolver a sus afortunados" |