Conocía que no poseía futuro.
Ni siquiera tenía presente.
Al llegar a su casa, con cuidado,
quitó su mirada de hembra dolorida.
Observó todo lo que la rodeaba.
Siempre en el mismo sitio.
Como un árbol mira a sus hojas
siguió con su rutina.
Hasta que las velas no ardan
y el hastío queme todo.
Tal vez algún día, pensó,
podría probarse las sobras
de otras para reavivar a su entorno.
Texto agregado el 19-10-2015, y leído por 126
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
19-10-2015
Wow, se lee y se siente a full lo que necesitás expresar. Muy bueno. MujerDiosa
19-10-2015
!Que difícil es la vida! Pero aún así, tiene su belleza. !Muy buenas letras! Saludos. NINI
19-10-2015
Tristes letras. Bien transmitido el sentimiento. jdp
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