A mi padre Juan de Jesús Trujillo Tafur (9 de Julio de 1952 - 17 de Octubre de 2010)

He venido sintiendo que tengo el corazón en la garganta, en este día, precisamente en este día.

Hace cinco años el cielo recibió de regreso un gran tesoro, un alma sin igual, mi querido Padre, un ser humano excepcional.

Es dificil contener las lagrimas mientras escribo estas letras, quizá por que muy pocas veces he escrito sobre el tema, quizá las palabras no son suficientes para expresar lo que el alma lleva.

Por eso hoy, querida Familia y Amigos:

Mi mamita, mi hermana y yo, llevamos cinco años recordando todas las bellas razones por las cuales nuestro querido Padre se encuentra ahora en el cielo, personalmente - y no es que a mi familia no le suceda - extraño profundamente a mi padre, a veces siento que una parte de mi se desencajó, lo que no es malo, sencillamente todos nuestros planes de futuro, todos nuestros sueños tuvieron que ser re-escritos.

Es increible pensar que han pasado cinco años, sí, he vivido un monton de cosas durante este tiempo, pero mi corazón no deja de pensarlo en cada momento que vivo, no deja de anhelar su presencia, pues nada se compara a su compañia, a sus palabras, por eso, cada que llego a casa, pienso, ¿que consejo me daría mi padre? ¿que me diria? ¿cual seria su opinion? ¿le gustaria? seguramente el andaria de arriba para abajo conmigo en la moto.

Entonces, queridos, sólo puedo recordar lo que en mi corto tiempo de vida aprendí de mi Padre, lo que quiero compartirles en este día triste y especial:

Ama como si no hubiese mañana, entrega a tus pasiones alma, vida y sombrero, que cada cosa que tu hagas por pequeña que parezca tenga impreso tu sello personal, esa pasión que caracteriza a los seres humanos, ese kilometro extra que te diferencia del resto.

Nunca olvides tus raíces, confía en ti y en tus conocimientos, en tu esencia, sueña, sueña, imagina, crea, nunca dejes de soñar, no creas que es tarde para dar rienda suelta a tus anhelos, ten siempre a mano una sonrisa, un chiste, un comentario que alegre corazones, no te olvides de los amigos, de tu familia.

Y sobre todo, recuerda, todo lo que vale la pena es dar en vida, no es necesario apegarse a los bienes, no es necesario esperar un mañana para decir lo que uno siente, todo se da y se recibe en vida.

Extraño a mi Padre, y estoy segura que mi Mami y mi hermana tienen muchos más motivos para extrañarlo, pienso que quizá no aprendí lo suficiente, pero me hace muy feliz saber que seguramente quienes lo conocieron tienen mucho más que decir.

Estoy segura que el marcó la diferencia en la vida de muchas personas y aunque eso me hace extrañarlo aún más, aunque quisiera que el estuviese presente en mis triunfos y agonías, lo más valioso que me dejó soy yo misma, el valoró cada segundo de su vida lo que yo era, sin importar lo que el quisiera de mi, me valoró y me amó en mi forma de pensar, de sentir y de vivir, me hizo creer en mi aunque pareciera frente al mundo que estuviese equivocada y me lo hizo saber aunque no quise verlo muchas veces, me apoyo aunque supiera que habia escogido el camino más largo, me perdonó y se enojó conmigo para volverme a sonreir.

Mi Padre, era mucho más que un Padre, era mi guia y mi amigo y sé que viviendo sus enseñanzas podré pagarle en vida todo lo que me dió.