( Viene de relatos de ultratumba uno. Se había quedado en que el barón sacaba un largo y afilado cuchillo a la mesa delante de sus huéspedes).


Cuando el barón se decidió por el pavo( por trinchar el pavo), se oyó un murmullo de aprobación en la sala. Fuera seguía bramando el viento. A través de la ventana de la estancia se empezaron a vislumbrar los primeros copos de nieve de aquel año. Perdidos del mundo en mitad de aquella cordillera se aprestaban los invitados a pasar la navidad por aquellas tierras.
Con la alegría por la ración de vianda que les tocaba se empezaron a relajar los concurrentes.
El barón también mostraba conformidad y satisfacción y esbozó una sonrisa- la primera desde que entraron en la mansión. Sólo los más cercanos- en aquella larga mesa de banquetes- pudieron apreciar la dimensión de los colmillos de su anfitrión. Se había decidido por el pavo pero probablemente fuera otro el postre.