Un arco iris para Pia
Todo llega y todo pasa, dicho preferido y sabio del viejo mayordomo de la hacienda en la que yo trabajaba. Y es de reconocer que tiene mucha razón, el Eclesiastés también dice que no hay nada oculto bajo el sol, o es nada nuevo?... tanto tiempo que no me cruzo con la Biblia que parece que me estoy confundiendo.
Y bueno, es que eso también pasa, como han pasado muchas cosas en mi vida, tiempos buenos, tiempos malos, tiempos pésimos y tiempos extraordinarios... en teoría, aún tengo tiempo entonces, para equivocarme, reconstruirme, reconocerme, alocarme y prepararme para vivir mi vida...
“Loca”, por ahí ya me han dicho, si ya tienes todo lo que tantos quisiéramos, tienes un hogar, familia, trabajo, casa, carro, profesión, has viajado mucho... ¡qué más quieres!
Esa es la pregunta... es que tengo lo que todos quieren... y lo que yo quiero en realidad, ¿lo tengo? Esta duda ha ido creciendo en mí con una velocidad vertiginosa; a pesar de las voces que me dicen que no me falta nada ya... que me dedique a ser "feliz", buena ama de casa, amante esposa, lujo de madre, pero y ¿la mujer?
Qué saben la mayoría de personas, que se dedican a cargar con su bagaje de resentimientos y resignaciones por la vida, sobre la alegría de la aventura, del miedo, del peligro, de los retos temerarios y demenciales que a veces la vida nos impone y no sabemos afrontar, enfrentar ni recorrer?... El miedo a pararte en media calle y gritar que amas a tal persona, o el pavor de dejar un trabajo, sólo porque no te gusta lo que haces? Eso no hacen las mujeres normales Pía.
Y tantas cosas que no hacen las mujeres normales Pía... pero yo... no soy cualquiera, me niego a ser normal y es que desde mi temprana juventud, sí que me he metido en una que otra aventurilla que no la hace cualquiera, bueno, cualquiera que sea una “niña bien”, de un estatus social medio alto, estudiada en colegios católicos privados, en universidades de nombre, en general, la chica modelo de la familia. Futura profesional de éxito y madre y mujer abnegada....
He sido la que ha tenido novios, amigos, agarres, enamorados, amigovios, de todas las edades y colores, unos más interesantes que otros, nunca me he metido en líos de casados, siempre procuro no hacer daño a nadie... en especial a mí... aunque de esto no he salido bien librada muchas veces, más de las que hubiera querido...
¿Qué por qué cuento todo esto?
Es que hay que tener idea de la mujer que soy, para que poder entender lo que vendrá más adelante. Para comprende cómo paré en el lugar en el que he parado, por qué me convertí en lo que me he convertido y por qué quiero vivir como si nunca hubiera sabido lo que es el sabor de una vida completa... tal vez no lo he saboreado en verdad y eso de no conformarse con menos es un problema, no acepto la vida en su monocromático degradé del blanco al negro pasando por todos los grises... yo busco color en mi vida... quiero un arco iris para Pía... y eso, a veces es difícil de conseguir siguiendo las convenciones sociales que la vida, la familia, la propiedad privada y el amor imponen... eso ya sonó a Silvio Rodríguez ¿no?... Suena también a un poco de rebelión. |