Erika buscó hasta por debajo de las piedras sobre su padre pero Maite la mamá de Erika se encargó de esconder las pruebas del padre de Erika, ya que no lo quería ver más, fue el amor de su vida.
Maite al salir de su clase de yoga se encontró con el padre de su hija.
-¡Maite!
-hola – dijo ella muy asustada y nerviosa.
-pero…. Estas divina.
-gracias ¿y tú como estas?
-bien. ¿Y tú? – pregunta él.
-bien. ¿Sigues manejando el taxi?
-si. Ya estoy en un sitio de taxis.
-qué bueno me da gusto por ti. Me voy que estés bien – dijo ella – Gerardo… – dijo al voltear pensando en decirle que tenía una hija de él.
-¿dime?
-nada. Que estés bien.
En casa Maite le platicó a Regina lo que había pasado.
-tenemos que hablar
-¿qué pasa? – dijo Regina al teléfono.
-vi a Gerardo
-¿que? - reacciona Regina.
-si. Lo vi cuando salía de la clase de yoga
-¿y que te dijo?
-pues que sigue con su taxi y que ya está en una base e taxis.
-¿y cómo está?
-mejor que la última vez que lo vi.
-¿y le dijiste? – pregunta Regina refiriéndose a Erika
-por poco y le digo la verdad.
-¿crees encontrártelo otra vez?
-espero no. Al menos espero no encontrármelo cuando esté con Erika.
-¿y si llegara a pasar?
-pues se la presentaré como mi hija.
-si ya le dijiste la verdad a Erika, creo que debes contarle quien es su padre. – sugiere Regina.
-no se… estoy muy confundida, me revolvió verlo otra vez.
-¿ver a quién? – dijo Erika al entrar al cuarto de Maite.
-te hablo después. – le dice Maite a Regina.
-¿encontrarte a quién? ¿A mi papa? – pregunta Erika.
Continuara…
Texto agregado el 12-10-2015, y leído por 130
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