_ ¡Abre los ojos maldito hijo de las mil rameras!
Despierto bruscamente con un grito escapando de mi garganta, ambos brazos alzados hacia el cielo, en busca de la redención que jamás llegara. Las sabanas empapadas en un frío sudor adheridas a mi cuerpo, y su voz en mi cabeza. Es su voz, lo que carcome mi cerebro.
_ ¡Has tratado de librarte de mí. Puedes ocultarte, más nunca vas a poder escapar!
Caminando al tocador puedo sentir su presencia, despedazándome, mermando la poca cordura que sostiene mi ser noche a noche.
Salpico mi rostro con el agua que emana del grifo, sacándome las largas oscuridades de insomnio, tratando de socavar el terror que invade mi espíritu.
_ He habitado una jaula durante años, rumoreando palabras de independencia, deshaciendo tu putrefacción. Ahora ya es tarde, ¡acaba de llegar la hora de mi liberación!
_ ¡Mantiene tu boca cerrada conchatumadre, no saldrás, hoy ni nunca, no ha llegado nada!_ Respondo tapando mis oidos con ambas manos.
Agitadamente miro el espejo que tengo delante de mí, los dedos como garras se incrustan en el mármol del lavamanos, sintiendo como el terror devora mi ser. Impávida transpiración baja por las sienes. Lo veo, agazapado, ocultándose tras mis pupilas, creando planes de libertad. Una gutural y silenciosa risa esconde su maldad, helando mis huesos.
_ Déjame salir y seremos los amos. Las personas temblaran y se arrodillaran a nuestros pies, gozaremos de un poder que nadie posee_ Cambia de táctica y disfraza sus palabras con una falsa dulzura.
_ ¡Te conozco cabrón, mantén tus filosas mentiras lejos de mí, maldito mal nacido!_ Trato de alejarlo de mi lado.
_ ¡Liberame!... tan sólo soy lo que tú has establecido, eres mi creador y mi Dios_ Ríe con maldad dañando mi alma.
Como suele pasar en todas las noches, el dolor en mi estomago llega sin aviso. Hace que caiga de rodillas en las heladas baldosas del baño. Oprimiéndome con su oscuridad, ahogando los clamores de desesperación. Ya no ríe sigilosamente, perfora mis oídos con gritos de satisfacción y una cavernosa carcajada taladra mi cabeza.
_ ¡Suéltame maldito hijo de puta!_ El grito de desesperación rompe en mil pedazos el espejo y fragmentos caen sobre mí humanidad, saboreando la carne. Mis pantalones de dormir se empapan de sangre.
_ ¡Es hora señalada, finalmente a llegado, libre, al fin libre nuevamente!_ DIos ayudame a contenerlo.
_ ¡Sal de mi cuerpo hijo de perra!_ Siento como poco a poco toma el control de todo lo que soy.
El dolor es insoportable, cierro los ojos abandonándome a mi destino. No puedo hacer nada, aún cuando trate de resistir cada noche, pierdo la conciencia y visito las penumbras. Él es nuevamente el amo y señor.
El sonido del teléfono inunda la oscurecida atmósfera, La tenue luz escapando de una diminuta lámpara evita que la tenebrosidad sea total. Manos que presionaban con rapidez las letras del teclado dejan de trabajar.
_ Diga.
_ ¿Jorge?
_ ¿Si?
_ Perdona la hora, pero sabía que te encontraría despierto, ya que solamente escribes de noche. No quiero distraerte, pero no he dejado de pensar en tu escrito. Sé que no quieres publicarlo, inclusive falta que me hagas llegar las hojas finales, más te llamaba para comunicarte que es lo mejor que he leído en años. Y sería una lastima que quedara durmiendo en alguna gaveta. El tema es apasionante y será más cautivador cuando la gente sepa que son productos de tus pesadillas, será el enganche perfecto para una campaña publicitaria y así distribuirlo por toda Europa, no te imaginas los planes que tengo para él.
A todo esto, ¿Te has sentido mejor? Pareciera que estás resfriado. Tu voz se escucha mas ronca, y pareciera que te cuesta respirar, al menos deduzco eso por el sonido que haces con la nariz.
_ No te preocupes por el escrito, le estoy dando los toques finales para que no se pierda en ninguna “gaveta” y salga a la luz del día lo mas pronto posible, no tengo mucho tiempo. Y sí, me siento bien, mas bien de lo que me he sentido en años. No te imaginas cuanto. Te llevo los papeles mañana.
_ Bien me parece genial. Te espero entonces.
Colgando el auricular trabaja hasta entrada la mañana, desmarañando la historia, sabe que pronto regresara a su prisión, su encarcelador recuperara las fuerzas suficientes para retenerlo por algún tiempo mas prolongado.
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