BENDITO ADAGIO PARTE XVII FINAL

Se dice que la noche, la luna y el mar, son fuente de inspiración.

¡Yo!, diría que estar bajo su sombra, bajo su luz o envuelta de su brisa, es llenarse de magia, es llenarse de Amor…

Hay una fina diferencia de, ¿cómo conocí? a Tadeo y ¿cómo? a Augusto.

De caer, en la dulzura de lo virtual y el encanto de lo real.
De ruborizarse en la inocencia o de despojarse en la pasión.
De un beso tierno a un beso provocador.
De dos miradas distantes, a dos que destellan “Amor”

“Tadeo” fue la ilusión virtual que quedó suspendido en el tiempo. Aquél recuerdo que enarbolaba, en cada paso, en cada respiro, en cada momento de mi vida, llevé ¡su nombre! Como relicario, su imagen como escolta que no daban paso a ningún otro nombre, su voz como susurro en el viento que me enamoraba, sin oírlo.

Aún no logro entender como hizo que su recuerdo perdurara tantos abriles en mí. Sin mediar palabras, sin existir caricias, sin que nuestras vidas circulen en un mismo espacio.

Sin siquiera saber ¿Qué es de su vida?

Me pregunto ¿Cómo la mente crea un escudo con un solo recuerdo?

¿Cómo hace la memoria? Para que un ser humano se embelese con un efímero.

Tadeo, siempre será ese “Bonito recuerdo” que en la distancia, me llenaba de dicha, que en la distancia me robaba sonrisas y hasta me estremecía.

¡Quizá!

Me cargué toda la culpa anhelando un perdón.

O

¡Quizá!

Creé el rito perpetuo de venerar su recuerdo y terminé por confundir la añoranza en “Amor”

Augusto es el viento real que prendó mi mirada y despertó mi piel, el que atrajo mi quietud, y me mostró nuevos colores en el ocaso, el que siguió mis pasos cuando jugaba a los amicales abrazos con Javier, el Chalán que me sedujo con la armonía de su mirada y el ritmo de su danza.

Augusto es aquel que se atrevió a no alzar la bandera blanca y luchó, hasta ganar la batalla. Por qué su único rival, era un recuerdo (no conocido por él) y el gusto a mi eterna soledad.

Tadeo, caminará por las veredas y quizá en algún susurro inconsciente deslice mi nombre o quizá alce su voz mencionando uno nuevo ¡no lo sé!, quizá aún me guarde un último beso repleto de pasión; tan distinto al primero, lleno de ternura y sonrojo.
Augusto, acercará sus manos al fogón, para entibiar mis manos frías en futuros inviernos, o en los cambios de estación.

Tadeo, mirará la luna y recordará que yo le conté un secreto de ella.

Augusto, será el precursor de las historias nuevas que se guarden bajo la luna.

Tadeo guiará nuevos pasos hacia aquella arboleda, donde una tibia caricia, un día enlazó nuestras sombras.

Tadeo será la silueta que guarde el destino y cuando Yo, no irrumpa el bendito adagio, me permita mirarlo y al fin decirle “Hola”

Tadeo será el amor silencioso que volverá en un suspiro mientras en la ventana, Yo, espíe o respire a la noche.

Augusto me muestra la noche y el alba en sus pupilas, me envuelve de magia con su sonrisa y en su piel, respiro la brisa del valle y la brisa marina.


Augusto es “el Amor real”, que en un giro suave, me vuelve a sus ojos, seduciendo mis caricias y provocando un beso eterno que nos rinde frente a una nueva luna.


Krisna…

Fin…



Y como dice el Adagio:

"Si vuelves para tomar lo que olvidaste, corres dos riesgos:

- Uno; que se te haga costumbre el olvido.
- Y dos; que interrumpas bellos momentos que tus pasos habían encaminado"

Así nació el primer capítulo de “BENDITO ADAGIO”

Lo cierto es que “BENDITO ADAGIO”, inconscientemente, sin saber si me iba a entregar próximos capítulos; lo titulé “BENDITO ADAGIO PARTE I”
Cuando llegó el segundo capítulo, me involucré más y me propuse el final.

Es cierto, lo hacía lento.
¡Pero! llegó una voz escrita… una de ángel, que me dijo avanza tú puedes …

Gracias Gsap

Gracias a todos los lectores.

"Un dato importante de mi narración; el haber utilizado parte de textos, frases, poesía y otros de mi propia autoria"