LOS PANZER (LOS PANZONES) Zócalo de la ciudad de México
-A como este de los buhos. -dice un cliente a un invidente que vende relojes en la calle. -A $ 25.00 De pronto gritos y correr de los vendedores ambulantes. -¿Qué pasa? -dice el invidente. -Recojan esa mercancía- se oye la voz de un policía con voz tipofluda, cinco granaderos vestidos como para la guerra de idénticas facciones, decomisan la mercancía. -Tenemos permiso. Los policías dudan, pero la voz mandante de su superior los apresura. -Órale apúrense cabrones. Cuatro policías panzones se agachan a duras penas y en vilo levantan la lona con los relojes. El invidente adivinando lo que pasa sujeta a un policía, pero este lo avienta y cae al suelo, los mirones reclaman airados. -¡Pinches polis ratas déjenlo! ¡Pélense! -dice el comandante y huyen los policías convertidos en rateros, en la huida un policía agarra un reloj y se lo mete abajo del chaleco, otro policía se mete otro debajo de su gorra.
Los policías asaltaciegos posteriormente entregan la mercancía a su superior, quien agarra un reloj y se lo mete entre el pantalón, luego les ordena alinear filas y como niños de primaria caminan a paso veloz. Una nueva orden por radio les indica una nueva misión y como vándalos rompen filas causando temor entre la gente. -A ver que apañamos, ponte buzo pareja. Corren atrás de Palacio Nacional. Los vendedores ambulantes corren como endemoniados correteados por la gloriosa tropa de policía, y se meten a los locales establecidos, los dueños se ven obligados a bajar las cortinas de acero. Enojados los policías patean las cortinas y logran meter una granada de humo y esperan. De inmediato se abre una cortina y sale despavorida la gente, algunos llorando, una mujer angustiada llora lastimosamente con un bebe en brazos, los policías aprovechan la confusión y les quitan cosas a los vendedores y de paso se roban objetos de la tienda, luego huyen felices.
-Le di un buen madrazo aún "guey" -dice un policía mientras escupe un hueso de pollo. ¿Qué estas tragando tu guey? -Un guacal, se lo quite a una vieja. -Córrele otro operativo. Calles adelante siembran el terror entre los vendedores ambulantes, agarran a uno lo esculcan, le quitan su dinero y mercancía, le dan una patada y lo corren. El vendedor de elotes no pudo esconderse y le decomisan su mercancía con todo y anafre. -Pásenme el chile –dice un poli con los bigotes llenos de queso. -Que chido ya tenemos anafre para la “bistesiza” del domingo. Una niña indígena vendía chicles cerca del asta bandera, un poli a lo lejos la vio y corrió como poseído sobre la niña, le quito en un santiamén su cajita de chicles y los repartió entre la bola de policías mantenidos. -Oiga jefe mañana es dia del niño y pos no le caería mal un juguete a mi chamaco. -Ok vamos hacer un operativo, tu Demóstenes lánzate por ese mugroso y dile que se junte con otros y que venda por las calles donde venden los juguetes.
Poco después en medio de la confusión y entre la falsa corretiza a los vendedores ambulantes paleros, algunos policías logran infiltrarse entre los comercios establecidos y se roban juguetes legales. Al otro dia. Mira mi´jo lo que te compre. -Gracias papi que bueno eres. ¡Eres el mejor policía del mundo! Al mismo tiempo varias instituciones de asistencia recibían toneladas de juguetes robados en los operativos, mediante un oficio del Gobierno de la ciudad donde se señala la donación de los mismos. -Hay que pedir una donación para el dia de las madres. – dice una de las directoras- al fin el gobierno es muy buena onda.
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