Llego a casa bien entrada la noche. Regreso al hogar después de salir con algunos amigos. Retorno temprano quizás secretamente deseando emprender la búsqueda del somnífero olvido que logre restituir la calma ya ida.
Cansado quisiera pasar desapercibido; respondo los saludos de rigor lo mas cordialmente que puedo, y cerrando la puerta tras de mi; ingreso al pequeño trozo de planeta que me pertenece.
Abriendo las puertas del closet trato de escoger la máscara que usaré el día de mañana. Busco la correcta desición mientras con las manos retiro de mi rostro la careta de sonrisas y despreocupación que usé durante la jornada que lentamente se retira.
La dejo sobre el colgador junto a las otras. Observando las múltiples opciones a las cuales optar. “Sonrisas y felicidad” es mi preferida, aun cuando para ser sincero “Sonrisas y despreocupación” es la que mas he usado en este tiempo.
_ Bueno, tengo toda una noche de descanso para pensar cuál usaré mañana_ Converso conmigo cuando imprevistamente soy fácil presa de mi reflejo en el espejo. La tristeza devoró el regocijo de tu espíritu tejido a las líneas de mi destino, y la despiadada oscuridad en los ojos ya sin vida; me recuerda que la luz de mi alma ha muerto.