"No me pensaba,
pero yo lo sentía como hormigueo sobre mis muslos.
No me sentía,
pero yo lo imaginaba como banquillo dispuesto.
Nunca se lo diría..."



Escojo el silencio de tu lengua en mi boca, el silencio de tu ausencia que me recorre el cuerpo.

Escojo morderme los deseos y secretos para despedirme de ti por enésima vez.

... Y vuelvo sin pena a los brazos de mi soledad y mi exilio, porque me gusta permanecer mirando el cielo mientras imagino tus huellas azotando otros suelos.

Las marcas de los otoños partidos van colgando de mi mano derecha como estandarte y me aferro a ellos como de costumbre porque si no existiesen y si no existieras perdería el equilibrio y todos los recursos para salvarme.

No te preocupes... ya no me duele cuando los fantasmas me aprietan el cuello y me quitan el aire...

...

Hoy a las tres de la tarde, la cordillera y yo, escogímos volver a extrañarte.