Nunca fui una chica muy valorada por mi belleza. Sin embargo, la luz que me hacía brillar era una mente vivaz y curiosa. Cuando eres niña estás cualidades son más que suficientes para destacar en cualquier lugar, pero cuando creces parece ser una especie de cruz, ser el geniecillo no te hace ser la chica más popular, al menos con los chicos, los que se sienten intimidados por tu inteligencia, y claro cómo pueden impresionar a una chica así?. Cuando comencé a crecer, esperaba despertarme un día y al igual que el cuento del patito feo, verme convertida en un cisne, los años pasaron y eso no sucedió y a veces creo que la naturaleza burlándose me dio unos cuantos kilos de más, mala vista, poca cintura y espalda ancha, era un deforme triángulo ambulante, al menos me defendía con una buena delantera, porque de no ser por el cinturón pasaría de largo con los pantalones, una de dos no estaba mal. Cuando te enfrentas a esta realidad tienes que ingeniártelas para sacar el máximo provecho a lo que la naturaleza te dio, por eso me enfoqué en cultivar, un aspecto elegante, usar accesorios bonitos, una voz suave y una sonrisa a toda prueba. Aprendí a hablar poco y escuchar más, y es que cuando me pongo nerviosa disparo palabras a mil, dejando a mi interlocutor con muy poco que decir. Así logré algunas de mis conquistas, que no pasaron de profundas miradas y uno que otro piropo, muy poca experiencia amorosa. Pero cómo a nadie le falta Dios, un día de octubre me casé, con un hombre que despertó aquella pasión dormida. Han pasado los años, y lo que la naturaleza me negó de pequeña, la experiencia me lo ha dado con ganancia. Me he convertido en una mujer coquetamente sofisticada, que a pesar de mis años aún saco algún suspiro, y es que es como un embrujo de lo prohibido lo que me hace deseable, paradójico no!, ahora que tengo ese no sé qué! , me he convertido en el fruto prohibido del pecado. Si, si se lo están preguntando, aún soy fiel, pero no es fácil, la tentación está a la vuelta de la esquina. Pero ahora, ya no es tan importante ser la más deseada, porque estoy feliz y enamorada de un hombre que me vio cuando no era más que una cosita fea y me convirtió en una princesa, porque así me siento cuando estoy con él… |