Inicio / Cuenteros Locales / Koke_Vejete_2001_2016 / Fiebre... Ocaso (Escrito 04/06/2008)
_ ¿Vas demasiado atrasado?_ La pregunta es una invitación obligada al lastimoso desvío de ruta, sólo un par de cuadras que alargara mas una lenta agonía. La mueca parecida a una sonrisa de aprobación se desprende de mi sudado rostro.
El cuerpo comienza a temblar y mis manos se humedecen en sólo una fracción de segundos, mantengo la coherencia pensando en tan sublime respuesta corporal frente a la enfermedad que envenena mi sangre.
Con las palmas de las manos compruebo si hay rastros de fiebre en mi rostro, mientras observo los casuales compañeros de viaje que están algo ebrios. Ellos ríen con el chofer del colectivo de alguna broma que hicieran de su etílico estado.
Es extraño pero algo me impulsaba a estar junto a ti, trato de comprender que es lo que me llevaba a tu lado, más aun las semilla de respuesta no germina.
Quedarme en casa hubiera sido lo mas lógico, guardar reposo en cama, esperando la retirada de la enfermedad; pero algo me llamaba a la calidez de tu abrazo, al sosiego de cada una de tus palabras.
Ya en el hotel mis nudillos golpean la oscura madera, habitación cómplice de cada sueño que hacemos nuestros. Besos apasionados que reclaman el pequeño lugar del planeta que nos pertenece.
Una amplia sonrisa adorna tu faz al verme parado bajo el umbral, apenas siento mis piernas y después de un beso en la mejilla algo apresurado busco refugio dentro del mullido lecho.
_Tengo mucho frío._ Te digo con palabras que se rebelan dentro de las cuatro paredes, cierro los ojos tras la envestida de la enfermedad ponzoñosa. Contrarrestas el gélido abrazo de la fiebre con la calidez de tu tacto, devolviéndole el color a mis mejillas. No puedo dejar de temblar y me abrigas con otra pesada manta.
_ No quiero químicos ni hospital_ susurro esperando que alcanzaras a comprender cada sílaba que escapa de mis palabras transformadas en sonidos guturales.
_Ibuprofeno_ Dices mientras me obligas a tragar la pastilla. Contrarrestas mis protestas con los vasos de agua. Siento mucha sed y mis labios agrietados se secan con facilidad. Te acuestas a mi lado conversándome, ríes de las tonteras que aún enfermo soy capaz de crear. Desnudándome secas el sudor que comienza a empapar todo mi cuerpo, me abrazas abrigándome con tu cuerpo. Cuando relajándome cierro los ojos; veo un halo de preocupación regada en tu mirada.
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Texto agregado el 30-09-2015, y leído por 120
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