La primera vision, tras abrirme paso a través de la túpida espesura vegetal que levantaba su vuelo desde el foso maldito, pareciome la de una fortaleza llena de sabiduría, cuna de la erudición, baluarte del saber...Ahí estaba, muros dorados por el sol de centurias, puertas de hierro forjado por hombres de épocas pretéritas, suelo acicalado con marmol de la más apreciada cantera que jamás hubiera existido. Pero...
Cuan equivocado estaba!!! El tiempo se encargó de destruir mis pensamientos preconcebidos, y me mostró la incosistencia de tales barruntaciones mentales. Al adentrarme en el mundo de las tinieblas viví lo que ningún ser de mi entorno ni tan siquiera podría esbozar en sus peores pesadillas. Hordas de seres malignos se apoderaron de lo que yo creia foro de saber y pluralismo, criaturas de modales amanerados y admiradores de lo sacro hicieron de mi estancia en el lugar la mayor de las tragedias.
Me armé de valor, la lucha prometía ser larga, cruenta, sin tregua...luché y con el paso de los años, me precio de decir que conservé mi integridad moral. Alguien dijo una vez: "no me comporto como ellos...soy como ellos". Pues bien, yo ni me comporté como ellos y le que me hace más dichoso aun...NO SOY, FUI NI SERÉ COMO ELLOS.
Sirva esta humilde narración como desahogo a tan ardua lucha contra el orden establecido...