Usando mi mano protejo su vida; la tumultuosa brisa de aquella calurosa mañana circula salvajemente por doquier, amenazando con apagar su resplandor. Más la pequeña llama baila alegremente sana y a salvo entre mis largos dedos.
El dorado tabaco se inflama prontamente al primer contacto con la bruñida pira carmesí. Encendiendo el cigarrillo busco concertar esa tranquilidad, abreviando a mi vida algo de paz. Resignando los pequeños secretos y tareas pendientes en la espiral formada por el humo del narcótico pitillo.
Prueba de fuego escritas en las angustias, llevando en sus nostálgicas respuestas el viaje que pinta de tristeza mi alma. No quiero ver como te alejas de mi lado por segunda vez, no podré soportarlo.
_ Cuídate mucho mi amor_ Tu voz alimenta suavemente la melancolía, rociando de sueños etéreos mi alma desnuda.
Aprietas mis manos entre las tuyas, llevándolas cerca de tu rostro las besas. Te abrazo acariciándote el rostro con mis mejillas, puedo sentir como tu corazón desprende sílabas con las que bosquejas suavemente mi nombre.
Soltando tu mano subes la pequeña escalerilla que me deja solo nuevamente, fragmentos de mi tristeza corren tras de ti.
Llevas mil pensamientos entre tus sueños, sentimientos que nos pertenecen, que renacen después de más de tres años albergados en ausencias. Digo que te quiero con un leve moviendo de labios, sé que a pesar del grueso vidrio de la ventanilla comprendes que las palabras cobran vida propia. Se afianzan en promesas que no hacemos pero que mantendremos.
La máquina lentamente comienza a moverse, los pasajeros mueven sus manos en signos de despedidas. Me veo en tus ojos; lo percibo por el dulce aroma de tu cuerpo recostado junto al mío.
Como decirte no… La poesía de Vita asoma por las bocinas del autobús, la magia de la vida nos hace llegar sus mensajes. Mensajes de esperanza y temores se desglosaron el día en que te alejas de mi lado.