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Dios trabaja a quien madruga

—Que de dónde saca la gente que el trabajo es bueno —se preguntaba un amigo en el bar—. Que si el trabajo fuera algo bueno uno pagaría por trabajar —se contestaba. Apoyaba el pocillo de café en el platito y se ponía a festejar el culo de alguna pendeja que pasaba por la vereda. Ya es que Pablito no concebía que algo fuera bueno y uno no tuviera que pagarlo. Todos sabemos que el trabajo es una cuestión cultural. ¿Y qué son cultura y trabajo? A mí me gustan las definiciones simples: de las miles que encontramos de la cultura me quedo con que es una relación mental con la naturaleza; del trabajo, con que consiste en una actividad destinada a transformar en bienes la naturaleza. De paso, ambas definiciones son consecutivas y desembocan en que el trabajo es una cuestión cultural, que es lo que ya sabíamos. Podrán venir ahora a enumerar mil actividades remuneradas que no consisten en transformar la naturaleza en bienes, pero está claro que si nadie cultiva plantas ni cría ganado ni corta árboles ni extrae del suelo minerales para hacer componentes electrónicos y mil etcéteras no habría ni cultura ni trabajo ni humanidad como los conocemos, conque no me vengan con que el trabajo no es convertir la naturaleza en bienes y que todo trabajo al margen de este no es sino una consecuencia. Si nadie se embarra, el CEO de Google y usted no comen. Y a todo esto la naturaleza la tenemos jodida pero bien. Si cabe alguna duda de que el trabajo es una cuestión meramente cultural y de que la cultura es una relación mental con la naturaleza, hay que pensar en los indios (si es que dejamos alguno vivo, claro), que tienen otra relación mental con la naturaleza y, acaso por esto mismo, carecen de nuestra cultura del trabajo.
Nos dijeron que el trabajo dignifica y ahora resulta que todo el mundo quiere trabajar. Aun los políticos, ya que estamos en épocas de elecciones, dizque están como desesperados por matarse de trabajo en pos de beneficiar al pueblo y que respetando la voluntad del pueblo ellos serán elegidos para cumplir con sus ¡trabajos! De paso, que alguien me explique qué carajos es la voluntad del pueblo amén de una expresión sin contenido como tantas otras. Parece que lo mejor que le puede pasar al pueblo es trabajar y trabajar. También están los medios de comunicación, los abogados, los contadores, los banqueros y demás gremios cuya materia prima a transformar en bienes somos nosotros. Luego cualquier hijo de vecino, si tuvo la suerte de nacer en un medio favorable, intuye que estudiará con mayor o menor grado de vocación alguna cosita para rebuscárselas y terminará por formar una familia y yendo a dizque trabajar todos los días porque eso es lo que se estila de la vida digna en sociedad. Todo esto arrancó con la revolución industrial, la división del trabajo y la mar en coche, y parecía que iba muy bien, hasta que Marx se avivó de que no y empezó a los gritos. Al final el trabajo es como la Coca Cola: una mierda pero todos la quieren, y sucede que es más fácil conseguir Coca Cola porque hay que pagarla, mientras que para trabajar se pretende un estipendio y demás yerbas. O como las drogas: el que trabaja se estresa por el trabajo, el que no trabaja se estresa a porque no consigue trabajo.
Dirán que hay trabajos y trabajos, que no es lo mismo trabajar de ejecutivo de una compañía que de cosechar tabaco en Misiones, que uno se dizque sacrifica en la universidad y luego trabaja de ingeniero, y que otro que no estudió nada termina haciendo un trabajo mal pago e insalubre por vago o por incapaz o por la mala suerte de haber nacido en la pobreza. También dirán que algunos realizan su actividad por ella misma más allá de la necesidad económica. De todos modos, el mercado laboral suele tornarse favorable para algunos en circunstancias que perjudican a otros: a mayor demanda, menor salario y condiciones desventajosas para el laburante. Y es que el mercado no distingue entre gente y mercancía. Pero vamos, ¿no era que el trabajo dignifica? Claro, como la isla al náufrago, y yo, en tren de naufragar, preferiría que me toquen pongamos las costas de Cuba y no una de esas islas de mierda repletas de alimañas como la de Tom Hanks. Esos cretinos que dicen que el trabajo dignifica suelen llamar trabajadoras sexuales a las putas, me recuerdan a lectores de acá. Si usted es un psicópata con vocación de asesino serial, se me va y se me enrola en el ejército de los gringos; si su madre es una trabajadora sexual, usted. No. No iba a decir hijo de puta, digo que más le vale trabajar para ayudar a su mamá cuando se retire porque parece que no hay jubilación en ese caso.
Si me dicen que el trabajo dignifica (ahora se cagan de risa, pero yo no lo inventé ni me lo creo), entiendo que no hay trabajos más dignificantes que otros. Pongamos que es cuestión de cada uno, que en la intimidad uno puede ser feliz o no con la actividad que está de un modo u otro obligado a hacer: y es que además ocurre que, por si nadie se dio cuenta, estamos obligados a ser felices. Pero vamos, ¿es concebible vivir en una sociedad en la que uno pueda elegir entre trabajar o no? Como está claro que el asunto del trabajo es un problema, parece que ahora están viendo este tema en esos países dizque desarrollados.
El filósofo y economista belga Philippe van Parijs es uno de los mentores de lo que se conoce como Renta básica universal (a partir de ahora RB), que es un ingreso que el Estado les daría a todos los ciudadanos y merced al cual se podría vivir sin trabajar (digamos). Desde luego que puse todos porque a los ricos también se les proporcionaría. Un beneficio que supone esto es que el mercado laboral sería más favorable para quienes hoy día está bastante jodido. Claro, si uno no tiene gran necesidad de trabajar, puede rechazar un empleo de mierda, lo cual a su vez haría que ese trabajo se pague mejor (todos lo rechazarían) y se dé bajo mejores condiciones. Además, si usted consigue un empleo que le gusta, seguiría recibiendo la RB. ¿Y los ricos? También. ¿Las putas? También. ¿Su mamá? También. ¿Los inmigrantes? Nomás no, que nomás para los ciudadanos.
Me resulta gracioso que en la entrada de Wikipedia figuran las objeciones de los detractores mientras sucede que en este país, sin la RB, son moneda corriente algunos de los fenómenos, si no todos, que los escépticos vaticinan que se darían allá con la RB: hay una cantidad exagerada de empleo público que debilita las instituciones, subsidios que según la opinión de muchos incitan a la vagancia y a la inmigración ilegal y con esto empleo en negro y de malas condiciones para inmigrantes, inflación, corrupciones política y empresarial (que además generan calamidades ecológicas y sociales), etcétera. Y es que en este país sucede lo que dice van Parijs en situaciones de pobreza y desocupación: se combate la pobreza creando subsidios que devienen en inactividad y dependencia (clientelismo político: si pierdo las elecciones, ustedes se quedan sin subsidios) y para combatir el desempleo se reduce la protección social para facilitar las cosas al empleador, lo cual implica que muchos trabajadores sigan siendo pobres con sueldos de mierda.
Veamos un poco esto en aquello de la igualdad de oportunidades. Uno podría decir que dar dinero podría constituirse en un privilegio para los vagos. Bien, a la manera de van Parijs, esto sería, más bien, dar una posibilidad a los más débiles de negociar con la sociedad a la par de los demás, conque habría cierta inclinación, claro está, a la igualdad social. Esto está dicho: si usted trabaja en un mcdonald's con un sueldo de mierda y le dan la RB, entonces puede negociar. Por otro lado, si usted gana bien y ve que el mercado laboral mejora porque su puesto es más valioso, le dará la razón a mi amigo Pablito (que en paz descanse el muy suicida) y gustoso cooperará con sus impuestos para mantener no a los vagos sino al mercado laboral: su trabajo es bueno en un sistema bueno y usted paga (impuestos) por trabajar. La cuestión es que la idea de la RB surgió en los años 70 y desde entonces viene siendo motivo de discusión.
Esto de la igualdad me recuerda un cuentito: Usted está en su barco en alta mar y recibe por radio un alerta. 1.000 metros a babor hay una embarcación que se hunde con 40 pasajeros y, qué cosas, 1.000 metros a estribor hay otra con cinco personas que también se está hundiendo. Usted tiene lugar para todos en su barco, pero no puede acudir a ayudar a ambos: al menos una tripulación se ahogará indefectiblemente. ¿A cuál elegiría rescatar? Usted, si es partidario de una ética más bien utilitarista, dirá que mejor ayudar al de 40 desgraciados por una razón numérica (como si más seres humanos representaran más humanidad, ¿no?) y que se jodan los otros cinco. O capaz que no, que está apurado y opta por que se jodan todos, o por ahí resulta que se entera de que en el barco pequeño hay cinco ninfómanas en pelotas y usted va de puro degenerado. Veámoslo así: si todos los hombres debemos tener igualdad de oportunidades, quiere decir que en este caso cada quien debe tener exactamente la misma chance de ser rescatado; de este modo, usted asignaría cara para un barco, ceca para el otro y lanzaría la moneda al aire, y al que le toca le toca. En fin.
En Finlandia y en Suiza no sé si se pondrá o ya se puso a prueba la RB. Pero habría que ver cómo se lo toman aquellos que están convencidos de que el trabajo dignifica; yo me imagino que como un insulto a la ética. También sospecho que esos países se llenarían de poetas, gente vaga y malentretenida si la hay.

Texto agregado el 29-09-2015, y leído por 314 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
11-11-2015 (Continuación)No soporto a los que viven esperando que los demás les resuelvan sus carencias (a menos que lo hagan por fuerza mayor) Trabajar es una cultura que suele perderse por incitación de políticos clientelistas y otras yerbas. En fin, me voy a laburar. ¿¡Cuándo llega el viernes!? Abrazo filiberto
11-11-2015 Me encanta como escribes. El trabajo tiene un fin: ganarse la vida ( aunque la pierdas en el intento) Hay gente que lo disfruta ( me incluyo), me autoabastezco y supero los inconvenientes como puedo. Me dedico a otras cosas que nos sean siempre la perorata de “mi familia”, etc, etc. filiberto
03-10-2015 Vas a votar a Macri? jordifont
29-09-2015 Todo cierto pero conozco personas que son felices trabajando. No les hace felices el dinero que a veces es poco sino el solo hecho de estar "haciendo"algo que aman ,algo que mejore a los demás y la lista sería larga :maestros investigadores, artistas,enfermeros,bomberos...moderadores... Cuento con tu sentido del humor, gracias por compartir este texto tan fuerte. ninive
29-09-2015 Tu ensayo me gusto.Dejas abiertos los espacios a la opinion de otros,sin "Pontificar".Un Abrazo. Gafer
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