MI ENCICLOPEDIA, LOS POLÍTICOS Y LA CRISIS ECONÓMICA.

Yo no soy la gran Enciclopedia Universal Ilustrada de la Editorial Espasa Calpe que, en mi biblioteca, detrás del cóncavo sillón donde me siento, con sus más de 120 volúmenes, permanece callada sabiéndolo casi todo y donde, debidamente alineada, espera que consulte alguno de sus espacios y límites, para que aprenda algo.

No; no estoy tan ilustrado, no soy tan sabio como lo es mi enciclopedia, no lo sé todo, pero tengo muy claro que las regiones que conforman mi país, mi querida España con forma de piel de toro, son figuras poligonales con problemas transversales y con incógnitas colaterales que nos hunden en el espacio y el tiempo. Forman estas regiones una derivada irregular, donde discuten en mesas redondas políticos con cabezas cuadradas que, con sus mentes angulares y obtusas, pretenden diseñarnos soluciones tangenciales que desembocan en segmentos paralelos a la curva del desempleo, y en una espiral inacabada de miseria que configuran áreas vectoriales con incrementos exponenciales de pobreza.

Estos políticos, cual si fueran conos truncados, con sus cúspides cerebrales mutiladas, con sus mentiras elevadas al máximo exponente, con la nula lucidez de sus encefalogramas planos, pretenden sesudamente descubrir la cuadratura del círculo y buscan la forma de multiplicar los panes y los peces, para que la masa del pueblo quede adormecida y no se soliviante y revele de manera potencial. Dándole vueltas a la curva cerrada del problema tridimensional en que nos han sumido, pretendiendo usar en vano la física cuántica, no empleando coeficientes reguladores que alivien el mal, restan más que suman y nos sumergen cada vez más en la miseria. Mientas, ellos, con su ciencia infusa y su geometría progresiva, aún no siendo calculadores distinguidos, pero sabiendo, eso sí, que cinco elevado al cubo suman ciento veinticinco y, aplicando la regla de interés compuesto, calculando el tanto por ciento de la longitud de su codicia, aumentan progresivamente el volumen del caudal de sus bolsillos, a la par que discuten si es bueno o malo dividir la forma de piel de toro que conforma nuestra España.

Es entonces cuando, observando la elipse uniforme de los lomos que conforma el espesor de mi admirada Enciclopedia Espasa Calpe, es entonces, repito, que me pregunto: ¿es así como vamos a salir de la crisis piramidal que nos asola?