Y allí estaba yo. Recostado en mi cama, y con esa cosas mirándome. Sabía que no haría nada mientras la luz del cuarto de mi hijo y la mía, estuvieran prendidas, pero aún así no quería cerrar los ojos. No podía dormir. No tenia teléfono a la mano. ¿Que podía hacer? Mi casa era la única en la cuadra, en frente era sólo un lote baldío. ¿Quién escucharía mis gritos?
Sin embargo, mis ojos empezaron a cerrarse, y yo seguía viendo a esa horrible criatura cada vez que parpadeaba. Pero de pronto, esta desapareció.
Aproveché a correr hacia el pasillo. La luz no servía, así que fui con mi hijo al cuarto. La luz seguía prendida, pero él no estaba. Bajé las escaleras sin pensarlo ni una sola vez. Tenía que ir por mi hijo.
Al llegar al fondo de las escaleras, eso pasó. Se apagó la luz de las escaleras. ¿En que rayos pensaba el tipo que construyó esta casa al poner sólo un apagador en la parte de arriba de las escaleras? Corrí rápidamente hacia la cocina a prende runa vela, pues salvo los cuartos y las escaleras, el resto de la casa no tenía iluminación, tenía bombillas para iluminarlos peor no había tiempo. En eso, esa cosa horrible bajó por las escaleras a toda velocidad y antes de que prendiera la vela, ya estaba corriendo por el comedor hacia mí. Por suerte, al prender el cerillo este no se me acercó. Me dirigí a la puerta de salida junto con la vela, y mientras buscaba las llave, la criatura esperaba en la cocina su comida. ¿Han intentado abrir una puerta con presión? ¡Es casi imposible! las menos se entorpecen y sólo quieres no estar allí.
Sólo faltaba un cerrojo, cuando escuché a alguien soplar, y todo se oscureció.
¡Madre de Dios! Corrí por las escaleras hacia mi cuarto y la criatura detrás de mi. Y allí me quedé. Nuevamente, esperando en mi cuarto, con la luz prendida, con mi hijo perdido, y con una criatura en la oscuridad mirándome fijamente La luz del cuarto alternaba con oscuridad, pues la bombilla empezaba a fallar. La pregunta era ¿Vería de nuevo el amanecer? |