Ayer...
Abrazados, desnudos, saboreando el aroma que se desprende de su piel. Recorro tu rostro con la yema de mis dedos, buscando mi nombre esculpido en las salinas lágrimas que escapan de su tierna mirada.
_ Te amo._ le susurro al oído, la abrazo con fuerza, la beso con dulce desesperación, bebiendo de su espíritu, prolongando el escaso tiempo que nos queda, aprovechando cada segundo, cada hora, cada día.
Hoy...
Veo a Paola parada bajo el arco de entrada del pequeño módulo en donde trabajo. Sonríe y me saluda con un beso en la mejilla. Conversamos trivialidades, le pregunto de sus días festivos; Me cuenta que salió de viaje, a una pequeña y turística ciudad limítrofe con el vecino país.
Ayer...
Abrazados, desnudos, en silencio disfrutando del momento, sueño sin fin de eternas caricias.
Despertar en la suave miel de tus labios; Cristalina luz acercándome a su espíritu. Guardando el cariño de tu mirada en poesías donde te amé. Desechando el venidero mañana.
Regalándonos sonrisas y besos te abro mi corazón. Haciéndonos el amor en mil formas distintas nos obsequiamos un recuerdo perpetuo. ¿Puedes ver tu presencia indefinida en él?
Hoy...
Viajamos en su albo automóvil, he invitado a Paola la esquiva cerveza que tanto tiempo nos ha tomado salir a disfrutar.
Mientras juega con la vela que decora el centro de la mesa del diminuto bar, me conversa de su última conquista, nos reímos bastante con sus aventuras amorosas; lo antónimo que pueden llegar a ser sus príncipes azules.
_ Gracias por dejarme tu departamento Paolita.
_ No tienes nada que agradecer, puedes pedírmelo cuando quieras_ Responde sinceramente.
_ Se ensucio un poco la alfombra, se me dio vuelta un vaso de ron, y se me cayó la cortina del baño, pero resistió la envestida._ Le digo sonriendo.
_ Cuidado con mi alfombra mejicana huevón!_ Ambos reímos de buena gana.
_ Te traje las llaves de la puerta de entrada.
_ ¿La pasaron bien?
Ayer...
Abrazados y desnudos, disfrutando de la mutua compañía. Dejando el tiempo restante transcurrir, fluir entre sílabas de amor que acarician tu alma reflejada en tus ojos.
Inhalar esencias de mi vida mezcladas con la tuya, reteniendo para siempre los colores de tus besos. _Te amo._ Susurras en mi oído.
Hoy...
_ Si Paolita, no sabes lo hermoso que fue._ Le digo mientras tomo sus manos y pongo en ellas las pequeñas y sonoras piezas de metal.
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