Tiempo circular, magnolias en el río,
Alto campanario, bandada de palomas
Primeras lluvias, señal del cielo
Crepitar de leños en el fuego
Hogazas de pan y una copa de vino
Un tierno beso para el camino.
Si la belleza excede a la miseria humana.
¿Cómo mentir o quedar en silencio?
Sin traicionarte o dejar de ser tú mismo.
Pues todo transcurre sin importar tu voz o tu silencio.
La vida misma va dejando nuestros cuerpos
Y todo vuelve a sus inicios
Nuestra carne a las cenizas
Y las cenizas al viento.
¿Qué hay pues, con todo esto?
Sino hacerse uno con el aire
Hermanarse con el mar y con los ríos
Para que alguna vez todo lo vivido
Sea al final, siquiera una gota de lluvia
O de rocío
Que de vida a algo, a alguien
Y que la rueda siga girando
Hasta el final de los tiempos.















Intente retenerte, pero fue en vano,
Como si uno pudiera retener al viento.
Entonces trate de consolarme
Dibujando tú nombre en el aire
En la arena, en las tardes,
Pero todo fue inútil
Porque hay cosas que tiene que ser
Sin importar qué.
Sencillamente
Un amor muere
Para que surja otro,
Una huella se desvanece
Para aparecer en otra parte.
Porque el amor es de todos
Pero de nadie en particular,
Rota, cambia, muda
Como la brisa que ahora te toca
Como la lluvia que ahora me moja
Por un feliz instante
Nada más.







Final del día
Me arropa el sueño
La lluvia canta.







Mis dedos acarician suavemente tu espalda
Un relámpago ilumina por un instante tu mirada
Las campanas anuncian las dos de la madrugada.





Amado mar
Te llevo en mis ojos.








El canto de los jilgueros
Vive en el bosque
De mi memoria.






La mariposa
Se llevó en sus alas
La mañana.





No es que oscurezca
Es que te marchaste.





La piedra lanzada en el estanque
Produce los círculos del Tiempo.







Lentamente
Se van acumulando las horas
En el viejo reloj.





Las alas del jilguero
Brillan con la lluvia.




Las gotas de lluvia
Crearon un río.




El tañido de la vieja campana
Me habla de mi infancia.