_¡Concha de tu madre! Escucho la mala palabra pregonada muy fuerte, no me percato de lo que pasa, todos corren, miro a Javier buscando una explicación. Y es en ese preciso momento, que me doy cuenta de lo que sucede.
Las botellas danzan de un lado hacía otro, el ruido es ensordecedor y la primera vitrina se viene abajo. Los restos de vidrios molidos nos salpican. Rápidamente nos dirigimos hacía la puerta, justo cuando la segunda vitrina revienta. Todos pasan corriendo, explotan muchos cristales algunas personas se lanzan al piso protegiendo sus cabezas.
Miro la cerámica, ésta ondula como si fueran olas del océano, el piso del módulo es de madera y se levanta como si alguien lo empujara desde abajo, me aterra la visión.
El equipo musical se desploma, las botellas comienzan a caer quebrándose al contacto con el suelo.
_¡Vamos huevón!_ Le grito a mi compañero, corro hasta la salida, más antes de alcanzar a llegar, se corta la luz. Me detengo, sé que sí sigo corriendo a oscuras puede ser peligroso. Veo hacía arriba esperando que nada me caiga en la cabeza, algo flota en el aire, creo que es la suciedad de la carpa. El segundo piso oscila pesadamente, personas gritan apoyándose en la baranda, se mueve mucho, pienso que en cualquier momento se precipitara.
Dos ventanales inmensos caen desde la altura, estallan cerca de mi, tengo vidrio molido en mi cuerpo, no veo nada, todo oscila demasiado.
Identifico a Javier entre los contornos de las sombras, abraza una columna, le grito que mejor nos hubiéramos quedado en el módulo, él me dice que el módulo ya no existe.
Se enciende la luz de emergencia, retomo la huída llegando al estacionamiento, allí me quedo, giro para ver como el centro comercial se mueve, aún persiste el sonido.
Siguen cayendo vidrios, algunos módulos literalmente explotan.
Todo se calma, el ruido se apaga, sólo se perciben llantos y lamentaciones. Retorno en busca de mi amigo, a pesar de que la estructura principal soportó el movimiento, el daño es serio en los pequeños locales.
Mi familia, mis queridos amigos, todas las personas que amo, pienso en ellos.
Estoy de regreso, Javier está parado frente a lo que fuera nuestro lugar de trabajo, ya no queda nada.
_Por último las puertas quedaron buenas_ Le digo en tono de broma, tratando de controlar mi temor, aun estoy muy asustado. Mirándome trata de sonreír.
_ Mi esposa e hijo, responde con un hilo de voz, _Vaya a ver como están, yo me quedo un momento más.
Salgo por otra puerta, mucho cristal roto, los cinco ventanales de la tienda de Garasino ya no existen, parte del techo tampoco. Saltan muchas chispas de las instalaciones eléctricas, polvillo cae de la carpa, me es difícil respirar y se dificulta caminar por los despojos esparcidos en los pasillos. Las luces son demasiado tenues estoy casi en penumbras, no veo muy bien por el polvo en suspención.
Al llegar a la calle observo que hay mucha gente tratando de retornar a sus casas, no hay locomoción.
Rosita, mi vecina me ve llegar, pregunta como estoy, muy impresionado le digo, ella solloza, dice que teme por su familia, le respondo que sé que están bien, la abrazo, ella comienza a llorar. Siento pena, mucha tristeza.
https://www.youtube.com/watch?v=ZgC8iOLBph8
Puse este video de otro terremoto de similares caracteristicas. El video está tomado en el mismo lugar donde se desarrolla esta historia que es veridica. Es el segundo piso, se puede observar la carpa y La tienda de Garasino se puede ver frente a Comercial Chacao. Cuatro grandes sismos han azotado la zona. 2005 - 2006 - 2009 - 2014.
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