Puedo ver.
Puedo verlos.
Allá, tan lejos. Aqui, tan cerca.
Una procesion muerta. Una procesion, desierta. Desierta y llena, oh, dolor.
Color.
Tanto color. Technicolor en caleidoscopio. Luces viejas, luces quietas, luces mias, luz mia.
Luz rota, Luces rotas. Cascadas de electricidad teñida.
Veo. Con ojos cansados, veo. Una procesion de luces, un funeral de luminiscencias. Tantas, tan coloridas, tan secas. Miriadas y millardos de tonos, colapsando el uno sobre el otro, arco iris de mil colores. Todos me tocan, todos me cubren. La procesion pasa en frente a mi y me escupe saliva primaria. Me empapo en secundarias y sudo terciarias.
Me empapo. Me humedezcp. Me ahogo. Me hundo en un mar de colores que se derrama desde el barco funebre, procesion diluviana. Me hundo en azul mar, color de colores, rey de tiñes. Me hundo en rojos violentos, oscuros casi negros, rojos sangre y rojos fuego, rojos color cabello. Me ahogo en verdes color espejo, esmeraldas liquidas, eternas planicies tiernas. Me hundo en amarillos brillantes, oros draconicos y malogrados, rios de ron y whisky y noches que nunca existieron, bajo las avenidas de luz naranja fria y acida. Me ahogo en violetas y morados dolorosos, flores muertas y atarderes escombrosos, una melancolia profunda encerrada en la muerte del sol. Y hay tantos mas. Colores y tonos primordiales que no puedo contar. Una ironia en vinotinto. Una desesperacion en marron. Una decepcion en mulato. Una gula en salmon. Una monotonia en rosa. Un dolor en plateado y una gloria en dorado. Tantos y tantas cosas, almas, mierdas encerradas en sus colores respectivos. Incluso colores lovecraftianos, colores escondidos, colores nuevos me empapan. Amarillo ocre cosmogonio, soles en pasado fecundos, fetidos, fungales. Violetas irrigos, irrigando el olvido y la desaparicion. Azules profundos peligianos, color de mares subterraneos, corrientes ciegas antediluvianas. Verdes viricos como el sueño ligero, escondidos en los caminos cambiantes de las pesadillas.
Todos estos y mas colores me pasan y me mojan y me invaden los pulmones. Todos y cada uno dejan su mancha en mi. Todos y cada uno, hasta que toco fondo y ya no hay ninguno.
La procesion ha pasado. La tormenta ha cesado y las lluvias colorificas se han vuelto meras lloviznas, charcas evaporadizas.
Y en la playa blanca, en el fondo del mar, todo tranparente sin una piedrecilla coloreada, yace una estatua negra, pesada, ganta.
Sus ojos muertos, su boca abierta y en sus manos, un libro abierto en su ultima pagina:
"G is lost in GANT, which remains when all other colours are eaten. Gant can be found where shadows are myriad." |