El viaje

Preparà unas pocas cosas, vos sabès que no me gusta andar cargando en los viajes, le dije. Con su plasticidad, que tanto me seduce, resolvió que una valija sería suficiente. Amor, allá es verano, y en verano andamos con bermudas y ojotas. Sólo llevaré dos camisas y un pantalón para vos, por si tenès alguna reunión, si?. Me gustó sentir su sorpresa cuando le dije que esa misma noche saldríamos de Buenos Aires. Pero mucho más me gustó su alegría. Ella aceptó mis invitaciones, desde el primer día y sin reparo alguno. El primer viaje no fue a Perù, como yo le había propuesto, es cierto. Primero aceptó y después se volvió atrás. Se asustó la chiquita, si? Un minuto después de despegar empezaron nuestras caricias primeras. Temblé en ciudades que no había visto y escribí mis crónicas en su cuerpo consagrado. La llamaré cuando esté a pocas cuadras de casa y le diré que baje. Tenemos poco tiempo. El vuelo sale dentro de tres horas y hay que llegar a Ezeiza. Ella no sabe lo difícil que es llegar a Ezeiza. Tampoco sabe lo que es mi vida en Buenos Aires. Yo soy el que trabaja, el que piensa en ella, el que hace los pagos, el que la espera, siempre. Para la felicidad de mamá ausente, me recibí de Contador y para mi infelicidad soy un profesional serio. No sé como salir de esto sin arriesgarlo todo?. Las ideas novelescas de ella no sirven para nada y Sólo me llenan de presiones. A veces, pienso que no le importo y me enoja su egoísmo. Para ella todo es fácil porque no creció, ni fue al Colegio en Buenos Aires. No tiene afectos para perder. Pero yo estoy tan harto.. Esta ciudad es un cementerio de esperanzas que se tragó mi energía. Las pocas violaciones por escribir mi deseo fueron apuradas y sin dejar marcas. Ni siquiera dejaré hijos habitantes de esta Buenos Aires maternal y voraz. Me entretuve con el pasado y es tarde, muy tarde para escapar. La sal bíblica ya se tomó toda mi sangre.