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Inicio / Cuenteros Locales / seroma / Tiempos de estudiantes - Deshilachando recuerdos: reunión cuarenta años despues

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Las Violetas, fue el lugar donde el arriesgado JR supo convocarnos a los aporteñados y no vacacioneros promos´68 de Baires para encontrar a Pa and woman, seguramente siguiendo las sugerencias de Anamá que pidió que la convocatoria se realizara un poco más al oeste.
Y si, Rivadavia y Medrano queda mucho más al oeste que Corrientes al 1200, claro que Ituzaingó, los pagos de Anamá quedan todavía muchísimo más al oeste, pero bue, don JR hizo una concesión.
Y menos mal que Baires es grande, porque ya hemos tenido que fugar de varios lugares: los chinos, Manhattan, la confitería de Salguero a causa de las palomas, en fin, veremos cuanto duramos por las Violetas.
En la cálida tardecita con que la Capital nos atemperó el martes 13, algo adelantado en el horario convenido, me apoltroné en las cómodas sillas de la reciclada confitería observando que ninguno de mis contertulios se encontraba por allí.
Como para ganar tiempo, y mientras meditaba en una llamada telefónica que había omitido hacer, abrí "Resurrección" de don León Tolstoi, lectura de esta semana, y me sumergí en las detalladas criticas del autor ruso mientras saboreaba un capuchino.
Había pasado dos o tres hojas, llegado el momento en que la pobre Máslosva escuchaba resignada su injusta condena a galera, cuando por sobre las lentes de lectura entreveo una sonriente figura, casi adolescente, enfundada en una elegante bermuda blanca, remerita cruda en conjunto, que se detiene sonriente junto a mi mesa. Don Fer hecho todo un pendex me extiende sus brazos saludándome, juro que en ese momento quise preguntarle por el secreto de la eterna juventud, porque por más que diga que cumple años sigue siempre igual, y venía muy bien custodiado por su esposa, quien se ve que le conoce las andanzas y no lo deja andar solo por Buenos Aires, mucho menos donde se junten los promoporteños.
Apenas comenzado nuestro intercambio de novedades se apersonó don JR., saco y corbata como para demostrarle a Anamá que los empleados públicos laburan aún en verano y también acompañado por su señora.
Vaya aquí, y antes de avanzar en las novedades, mi reconocimiento a las sacrificadas consortes que aguantan estas reuniones de añorantes, escuchando anécdotas y descripciones de lugares para las que deben esforzar su imaginación tratando de captar algún significado en lo escuchado, eso sí que es tener paciencia.
Instalados cómodamente los cinco sobre la elegante ventana que da a Medrano nos disponíamos a reanudar nuestro dialogo cuando hizo acto de presencia misia Liliana que a viva voz anunciaba que había realizado todo un periplo para poder llegar al lugar.
Después de los saludos de rigor, no quedó conforme con nuestra ubicación e insistió pertinazmente en que el lugar más adecuado era cerca de las columnas con hojas de acanto, casi al lado de unas paredes recubiertas con maderas trabajadas a las que les dedicó casi toda la tarde alabando su belleza (menos mal que no es arquitecta sino nos volvía loco con los detalles) y fotografiándoles hasta los clavos.
A fin de satisfacer los gustos de Liliana nos mudamos a las todavía mas paquetas mesas de lo que antaño (de esto solo se acuerdan los vetustos) era el Salón Reservado para Familias. Nosotros éramos una familia, la cuestión es que nos trasladamos al fondo. Allí JR. agrandado en su poder de convocatoria le pidió al mozo que preparara una mesa para veinte.
Nuevamente acomodados, nos encontrábamos prestos a reiniciar nuestra interrumpida conversación cuando hizo acto de presencia fotómetro en mano Mónica, nueva ronda de saludos y allí sí, sentados al típico estilo de los 60 (las nenas con las nenas... los nenes con los nenes) comenzó el intercambio de novedades.
Transcurrido un largo rato en que nos encontrábamos en dicho intercambio y ante la ausencia del mozo que no aparecía por nuestra mesa, Mónica comenzó a impacientarse y a gesticular como quien castañuelea en el aire, cuando ya comenzaban a mirarnos con cara rara las señoras paquetas que degustan su five o´clock tea, JR hizo el consabido gesto de convocatoria a los gastronómicos tan típico de los porteños y aporteñados, no sé si saben? ese mirar fijo al mozo y levantar las cejas como diciendo ¿...me atendés...?.
Entendedor de la seña y porque, según supimos después, JR es habitué de La Violetas desde los tiempos del Reservado para Familias, el mozo presto hizo acto de presencia a espaldas de Mónica, todos, recatados, no pidieron más que cafés, capuchinos, y te, eso sí, con dos docenas de facturas para Mónica.
Apenas servidas las vituallas y cuando se disponían a hacer un alto en sus comentarios para disfrutarlas, Anamá irrumpió destilando sonrisas y alegrías por doquier y no se con que intenciones, habiendo espacio de sobra en la otra punta de la mesa, retiró una silla de una mesa vecina y se sentó entre Pa y su señora esposa, no sin antes amenazarme con que su padre iba a concurrir con un escribano al viejo barrio Paso Nuevo a constatar la inexistencia del pasaje que añoro por los secretos recuerdos que me trae.
Nuevamente fue convocado el mozo. Nuevamente fue confundido con que se le solicitaba un té, no mejor un capuchino doble, que no, que prefiero un café con leche, a punto tal que nuevamente JR hizo otra seña como diciéndole:"andá y trae lo que quieras"
Luego de esto y para asombro de todos, el resto de la reunión se desarrollo con total normalidad. Sin duda influenciada por la presencia de Pa que controlaba todo, hasta el desarrollo de las anécdotas que se empeñaba en contar Mónica sobre un viejo Baqueano, aunque no nos quedó claro si el Baqueano al que se referían era de los utilitarios que se usaban en el campo en los 60 o un ser humano experimentado en el conocimiento campestre. Cuando lo preguntamos Fer puso cara de pregúntenle a Mónica y esta siguió hablando de otra cosa.
Como no podía ser de otra manera, y usufructuando de la larga ausencia de Miguel en este anecdotario, de lo ocurrido en un viaje a Ushuaia también cayó él. pero esta vez fueron piadosos, no lo despellejaron.
En realidad casi no despellejaron a nadie, salvo algunas cuestiones tocadas muy al pasar como algunos seguimientos que hubo en el Mega Evento pasado y algunas veladas referencias a compañeritos que eran considerados "especiales" en las épocas del secundario, off course nadie tampoco aclaró nada.
Como verán estuvieron modositos, al menos hasta que me fui yo.

Texto agregado el 18-09-2015, y leído por 164 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
19-09-2015 "Las Violetas"..." uhhh, creo que para sentirles el verdadero sabor a tus anécdotas, hay que nacer argentinos, vivir en provincia y luego por años en Baires. De otro modo gustarán seguro, pero se pierde ese aroma de cafés tan nuestros... MujerDiosa
 
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