¿Te has sentido cansado? Pero no ese cansancio corporal, más bien ese cansancio mental, ese malestar que comienza cuando abres los ojos por la mañana, ese cansancio que se produce en tu mente con el sólo hecho de despertar, por el solo hecho de estar con vida.
Los automóviles se movían rápidamente a unos cuatrocientos metros bajos mis pies, eran como pequeñas hormigas que desordenadamente peleaban unas con otras. Podía sentir como el viento sacudía mi desnudo cuerpo, era una sensación llena de emociones. ¿Cómo explicar el alivio extremo que crecía dentro de mi mente? Creo firmemente que nadie en su sano juicio encontraría gozo alguno en una situación como esta.
Nunca he sido de esas personas que viven en el limite de la locura y la realidad, nunca abusaron de mi, nunca fui un chico problema en mis mas tiernos años. Tan sólo un día desperté sintiéndome cansado de todo, harto de la vida, harto de todas la atmósfera que me rodea. Por eso te pregunto ¿Si alguna vez te has sentido como yo?, si alguna vez te ha pasado lo que ahora me está quitando la poca cordura. No sé si me explico bien, no sé si podrás entenderme, no sé si alguna vez me perdonaras por lo que voy a hacer.
Puedo ver claramente en una ventana del edificio que esta frente a la azotea donde estoy situado, un pequeño niño que me mira con extrañeza y me roba una sonrisa.
Abro mis brazos, como el cristo crucificado, recuerdo al párroco de mi infancia y sus amenazas del tormento en el purgatorio, pero no me importan, de hecho nunca fui demasiado cristiano, ni demasiado creyente.
Dejo que mi cuerpo se incline lentamente hacia delante, el niño de la ventana me mueve su mano, en signo de despedida. No deseo cerrar los ojos, quiero ser testigo de mi propia partida, de mi adiós.
¡Estoy volando! Hermosa manera de despedirme de este mundo. El viento hace que mis ojos lloren, realmente no sé si las lagrimas son producto de el viento o producto de la felicidad que lentamente llena de un gozo extraño todo mi ser.
Las ventanas del edificio se transforman solo en manchas que rápidamente pasan junto a mi vuelo, el frío concreto se llena de colores, me es casi imposible tener los ojos abiertos, pero hago lo viablemente humano por revertir esta situación. Nunca imaginé que las cosas cambiarían de color cuando uno vuela.
Antes de llenarme de oscuridad pienso en lo hermoso que sería transformarme en ave y disfrutar cada día la hermosura de la visión que ofrece la altura. ¿Llenarme de oscuridad?, ¿Cómo puedo llenarme de oscuridad si solo veo hermosos colores? ¿tengo miedo?, no, no tengo miedo.
Me siento dentro de un arco iris, siento como cada célula de mi cuerpo tiembla de felicidad, esto es mejor de lo que esperaba.
¿Te has sentido cansado?