Tú eres mi hermano del alma,
realmente el amigo, que en todo camino y
jornada estás siempre conmigo…
Aunque eres un hombre aún
tienes alma de niño, aquel que me da
su amistad, su respeto y cariño...
Veo a Susana venir a mi encuentro, se abre paso entre la multitud que baila indiferentemente. Sentándose a mi lado juega con su copa de licor, más no puede esconder la preocupación que la acompaña. Es año nuevo, a pesar de la alegría en el ambiente pareciera que algo no le deja tranquila. Me siento bien y ella respeta mi mutismo, haciendo caso omiso a su estado de ánimo. Tras unos tensos minutos nuestras miradas se encuentran.
_ ¿Qué es lo que pasa? Le pregunto.
_ Thomasito me tiene preocupada, hace mucho tiempo que fue al baño y aún no regresa.
_ Dale tiempo, tal vez en vez del “pipí”, fue al “popó”._ Ambos reímos.
Recuerdo que juntos pasamos muy
duros momentos, y tú no cambiaste
por fuertes que fueran los vientos...
Es tu corazón una casa de puertas
abiertas, tú eres realmente el
más cierto en horas inciertas...
Pasa mas de media hora, me regocijo mirando el humo del cigarrillo que juega por las luces de colores de la discoteca. El resto de mis amigos aun danza alegremente con las cientos de parejas que corean “la vida es un carnaval”, la voz de Celia Cruz sale de los grandes parlantes de cuelgan de la techumbre.
Susana está intranquila, la impaciencia la carcome.
_ Espérame acá, voy a ver por qué se demora tanto._ Le digo levantándome de mi cómodo sillón.
_ ¿En serio?, Sí quieres voy contigo._ Me responde algo más alegre.
_ No, quédate por si vuelven los demás.
En ciertos momentos difíciles que hay
en la vida, buscamos a quién nos
ayude a encontrar la salida...
Y aquella palabra de fuerza y de fe
que me has dado, me da la certeza
que siempre estuviste a mi lado...
Al entrar al sanitario me encuentro con diez urinarios militarmente formados, sumándose al paisaje, dos personas que conversan animadamente mientras se arreglan el cabello junto al gran espejo que cuelga de uno de los muros.
_ ¡¿Thomasito estás acá?! Grito sin importarme la mirada de los casuales acompañantes.
_ ¡Thomasito dónde mierda te metiste!
_ Parece que tu amigo está durmiendo en el último baño, allá atrás._ Me responde otra persona que viene desde el fondo del lugar.
Caminando por el largo pasillo veo dos piernas que sobresalen por debajo de una de las puertas de los pequeños cubículos.
Golpeo la puerta, pero por los ronquidos deduzco que no hay la menor posibilidad que mi amigo logre despertar desprendiendo el pequeño seguro.
Tú eres mi amigo del alma
en toda jornada, sonrisa y abrazo
festivo a cada llegada…
Me dices verdades tan grandes
con frases abiertas, tú eres realmente
el más cierto en horas inciertas...
_ ¡Abre huevón!_ Comienzo a ofuscarme, cada vez los golpes y los gritos son con mas fuerza, golpeo con mis puños, con mis pies.
_ ¿Quién es?_ La respuesta de mi ebrio amigo me arrebata una sonrisa.
_ ¡¿Quién mas pues huevón?.. Soy yo Jorge!
Con esfuerzo logra levantarse y abrir el seguro. Seguidamente se sienta en la taza durmiéndose nuevamente. Trato de alzarlo pero sus ochenta kilos, y su metro ochenta de estatura hacen que la tarea sea casi imposible.
Paso uno de sus brazos sobre mis hombros, y tiro fuertemente de él, retrocedo sujetando todo su peso sobre mi cuerpo, al hacerlo tropiezo con el guardia que segundos atrás hiciera acto de presencia, inmovilizándose a mis espaldas sin que me diera cuenta; al chocar los tres casi rodamos por el piso, pero en una rápida acción logro mantener el equilibrio.
No preciso ni decir, todo eso que
te digo, pero es bueno así sentir
que eres tú mi gran amigo
No preciso ni decir, todo esto
que te digo, pero es bueno así sentir
que yo tengo un gran amigo...
_ ¿Y a este huevón que le pasó?_ Dice con una voz ronca de dictador.
_ Es año nuevo, todos tienen derecho a mandarse una buena borrachera._ Respondo sin mirarlo.
A pesar de mi advertencia encuentro a Susana esperando fuera del baño, el vigilante la mira y entregándole el brazo con el cuál me ayudaba a sostener a Thomasito nos dice. _ Es mejor que lleven a éste hombre a respirar un poco de aire puro.
La gente nos mira al cruzar por la pista de baile, lo llevamos inerte, sin vida, apoyando sus extremidades en nuestros cuellos, Thomasito arrastra los pies, pero no le molesta, está demasiado ocupado roncando.
En un segundo de lucidez, se despereza, mira para ambos lados gritando a todo pulmón.
_ ¡Jack estoy volando, estoy volando! Imitando la voz de Rose en la película “Titanic”
Es en ese momento que comenzamos a reír con Susana, reímos como locos, desenfrenadamente. Mi amigo abriendo los ojos se nos une al sonoro jolgorio.
No preciso ni decir, todo esto
que te digo, pero es bueno así sentir
Que yo tengo un gran amigo...
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