Cada noche
trato de llenar mi corazón
de belleza nocturna,
para disfrutarlo
cada día en la mañana,
cuando el sol esparce su vista
por el universo
nutriéndome de alegría
con su tibia mirada,
endulzando el gorjeo del ave
enternecida
que vive dentro de mi.
Ahuyento la tristeza
guardándola en un baúl viejo.
Le pongo música a la fantasía
alojada dentro de mi alma,
materializada con la luz
que llena mi boca de palabras,
empotradas desde niño en mi corazón
como un sueño
que me hace sentir vivo.
JOSE NICANOR DE LA ROSA.
Texto agregado el 08-09-2015, y leído por 498
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