Hace unos años enseñé ajedrez en Mérida, los alumnos aprovechaban cualquier descuido para robarme alguna ficha. Sus preferidas lógicamente eran las damas y los reyes. Ahora enseño en un pueblo tan pequeño que los alumnos sólo me roban los caballos negros.
Texto agregado el 07-09-2015, y leído por 214
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Lectores Opinan
14-09-2015
Yo aprendi a jugar ajedrez en un colegio religioso. Jugar a las damas estaba prohibido y todas las fichas eran peones.
elcorinto