Vendrán lluvias suaves
con un viento templado.
Susurrando en los eucaliptos
cantan las ráfagas en la copa.
El fuego pesadamente,
sin ver a nadie ni saludar,
soporta la mirada de otros.
Quizás también tolera
una mirada de mujer,
y ese secreto intolerable
que guarda reservada,
la sigilosa inmovilidad
de la luna en la ventana.
Vendrán lluvias suaves.
Los párpados del hombre,
abiertos en la oscuridad,
posados sobre el fuego,
mientras trabajosamente
la luna alumbrará su cara.
Texto agregado el 02-09-2015, y leído por 192
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