Cada amanecer es algo especial
en donde el brillo de tus ojos
que buscan el reflejo o la señal adecuada
para vivir en cada segundos bajo el amparo
o sombra de lo que más quieres,
en especial, en ese primer suspiro de tu madre al despertar,
o simplemente a esa mano que tu padre
deja para que no caigas ni pierdas nunca el rumbo.

Cada amanecer es el término de ese sueño,
pero el comienzo de la vida,
de lo que quieres alcanzar para los tuyos,
que aunque no se den cuenta, observan
reconocen tu esfuerzo, tu dedicación por ser el pilar
por ser ese sustento, que se mantiene como un roble,
que ante cualquier adversidad se sostiene,
y nada ni nadie lo botará, solo en su soledad caerá,
donde nadie lo vea.

Cada amanecer es el comienzo de la esperanza
de ser mejor padre, de ser mejor pareja,
y ser mejor símbolo de la familia que soñaste aquella noche,
que nunca dejas de crecer en fe y en metas,
que con la fe necesaria y con esa luz de sencillez
que quieres implementar en los ojos de tu hija,
todo será posible.