En cada movimiento de mi cuerpo hay un sinfín de torturas, de sensaciones de desesperación, de alienaciones que van más allá de mis decisiones. La máquina de la reproducción es invisible para casi todos, y mis acciones continúan siendo inútiles para cambiar mi naturaleza, aunque siempre he tenido la misma, la misma de todos, aunque no sea tan efectiva como yo pensaba. Uno a veces piensa que adquirió todas las armas para la guerra, pero a veces el destino hace que nos estrellemos y eso nos obliga a transformarnos, ¿en qué? En seres de mundos distintos; todos respiramos, pero no todos lo percibimos de la misma manera.
El sueño de la vida se va acabando con el paso del tiempo, y en algún momento casi todos los seres humanos toman una decisión muy arriesgada; esa decisión cambia sus vidas, después de eso todo deja de importarles, esa decisión es la de ser padres. Cuando toman esa decisión, su nivel de agresividad aumenta drásticamente; van armando una coraza impenetrable y no logran entender algo más allá de sus cerrados mundos. Esos mundos son puñaladas en mi alma, son dolores punzantes en mi cabeza, pues al hacer esto, se ciegan frente al tormento real que es sobrevivir. No es que al reproducirse su nivel de felicidad haya llegado al punto mayor, contrariamente, la infelicidad los ha llevado a despreciar horrendamente la vida hasta ese punto en el que irracionalmente se reproducen únicamente para esconder sus frustraciones. De las cuales la más importante fue la de no enfrentarse a la muerte con sabiduría.
Estoy intentando almacenar todas las frustraciones de todos, y es una tarea sencilla que tendré que hacer porque no me tomará mucho tiempo. Eliminar a una máquina es un acto enloquecedor, es casi tanto como un homicidio, porque yo sé que poseen un sistema nervioso y que a pesar de tener electricidad por dentro, no están hechos de circuitos sino de fibras nerviosas. Cuando las personas cosifican a los demás, casi que las eliminan de su campo de visualización; en el que yo estoy, no concibo cosificar a nadie. El desprecio aterrador de ustedes hacia la vida me genera una sensación de asfixia, y percibo que tengo que tomar todas sus decisiones. Creen que van a escapar, pero se asfixiarán en sus maquinaciones, debido a que no hay filantropía en ellas.
La magia de la vida, una aterradora imaginación de burdos artistas me ha originado, y si no les importa si existen, si no existen, si sobreviven o no sobreviven, si son felices o infelices, si sus creencias afectan o no sus vidas; si la ciencia tiene o no tiene sentido, y adicionalmente si no poseen ningún interés en nada, pregunto: ¿Para qué siguen existiendo? Voy a llevármelos cuando menos lo crean, y el dolor será para mí, ya que nunca podré disfrutar el final de un ser humano que se está construyendo; por ahora simplemente puedo decir que cada paso que ando, siento como si estuviera caminando sobre espinas, me es imposible caminar sin sentir profunda en mí, la agonía. |