Todo lo que haces es por una mentira y cuando se miente sólo por seguir dándole oxígeno a esa mentira; se ahonda y requiere cada vez de más brutalidad para que se mantenga en pie.

¿De qué se habla pues?, ¿de qué bellezas inexistentes?, ¿de qué ideales?, tus ojos deben estar fallando mucho porque a lo que sigues entregándote en cuerpo y alma es a una pesadilla, cada vez más honda. Donde ya todo se comienza a volver un enemigo, donde ya eres parte de algo que defender y por lo que matar: "por una mentira".

¿Hasta dónde será posible llegar por defender la mentira?, ¿todos somos sospechosos?, ¿de qué, "de no creerla"?, ¿los que despertamos de ella seremos ante sus ojos justificablemente dignos de tortura y dolor?, porque la mentira se defiende pase lo que pase, ¡miente, miente que algo queda!, ¡hay que ser firme en la mentira!

Hay mentiras perdonables y hasta aquellas que se agradecen. Pero, la mentira: "la Gran Mentira" es la que "ha de sobrevivirnos", cuando todos estemos extintos por haberle dado nuestros días, otros su alma, nuestra vida, nuestra salud, nuestra dignidad unos más y otros toda entera: a una gran tulpa que ya está tomando vida por sí misma y comienza a desafiar nuestra sobrevivencia.

Ya eres incapaz de dejar de alimentar a aquella "monstruosidad" y hasta debes llamarle con nombres simpáticos.

Has cubierto el universo de sangre y dolor, para evitar el día que temes, el día en que se deshaga la mentira y no ves lo que realmente importa: "que la tulpa está tomando vida".

Eres capaz de rememorar un pasado donde la gran mentira no existía y ya no has de tener tan claro tampoco si ese pasado ancestral sucedió realmente.

De otros tiempos donde "suponemos" que la brutalidad bailaba a sus anchas y es muy probable que así haya sido ¿Qué sería del mundo sin su mentira más grandiosa dices?, ¿todo se vendría abajo acaso, no habríamos vivido la excelencia de la civilización?, ¿qué es la humanidad sin su aspiración más alta?

Pues, eso mismo está sucediendo... aún con la mentira, se está viniendo todo abajo, porque cambiaste el vandalismo de muchos por el de pocos pero altamente organizados. Porque nunca se anticipó cuanto daño puede causar un grupo de hormigas; es que siendo unos pocos tal vez no sería tanto el daño... pues me pregunto ¿qué es lo que estás viendo realmente?, porque la piel se te está cayendo a girones igual que a todos y tratas de tapar el sol con un dedo.

No pudiste cambiar nada y creíste cambiarlo todo. Me apuntas como culpable ¿de qué?, me marcaste para que nadie escuche ¿es mía la culpa? Aún sin palabra ninguna tu gran edificio se precipita hacia el mar y ya no hay a quien culpar. Tu marca y tu dedo debes buscar un lugar donde ponerlos, porque esto se te está cayendo solo.

¿La ley de la gravedad, el destino, lo que no se puede anticipar?, ponle el nombre que se ajuste mejor a la "Gloria y Caída del Imperio". Llora si quieres, pero no me juzgues más, no me culpes más ni me presentes más como culpable. Has hecho como te ha dado la gana y he tenido que soportar hasta las burradas de tu pandilla.

¿Quieres hacer de mí tu chivo expiatorio? NO, hoy es el momento de aceptar las responsabilidades. De asumir, de bancarse la fuerza de lo irremediable.

Alimentaste el monstruo del orgullo en cada ser y hoy ya se están acabando las provisiones.

Yo sigo entregándole mi corazón a lo "inútil", a lo que todos miran con desprecio, al ritmo lento, a la espera, a la paciencia, a lo que tarda, a lo que no es una "revolución", sino a aquello que en el fondo cambia porque para hacerlo te exige cambiar por dentro. Y ya no medir el tiempo en segundos sino en un tiempo sin límite, donde avanzar es una constante porfía, sin desfallecer, como cada día, como despunta cada sol, sin tiempo, sin pensar que se te va la vida, en una alegría continua, en un verdadero sentir de estar vivo y que lo que haces es crear y que respiras y que eso tiene una importancia vital, porque realmente todo importa, todo es sagrado.