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Enciendo otro cigarrillo, enciendo otra muerte lenta. Expulso el veneno que se eleva raudo, dejándome lejos al ras del suelo. Camino dando pasos en falso, lentamente me aproximo al ocaso. No sé si ando muerto en vida o soy un vivo que anda muerto por estos pasillos. Sí, es otra de esas grandes fiestas donde la gente se empecina en celebrar algo que nadie tiene claro que es, pero hay que celebrarlo ¿no? Nunca logran ser de mi total agrado puesto que detesto las grandes aglomeraciones de personas.

La música hace que todos se agiten a un ritmo frenético y salvaje, todos sudan y se tocan.
Puedo distinguir la variedad de pieles en contacto. Serán 100, tal vez 1000, o será que todas están rozándose y sintiéndose. Un amigo me dijo en una ocasión, mientras recorríamos el desierto, que la luna llena tenía la curiosa propiedad de alterarnos la sangre, de excitar de alguna manera nuestro ímpetu y demás maneras. Respondí tras trastabillar que no creía en esas mundaneadas. Pero, esta noche, sumergido en esta orgía constante de roces y secretos a voces puedo oler ese ímpetu, esas ganas de sentirnos vivos.

El agua corre a chorros, la pintura nos muestra lo fácil que es teñirnos de algún color. Estos colores que representan la alegría, la vida... ya saben, esas mariconadas.
Yo solo me dejo llevar por la marea, observo a todos y siento como me observan. No sé cómo llegué a la sala de ventanas amplias, la habitación más grande del lugar. En este cuarto de matices amarillentos toca la banda, la cual se encuentra envuelta en la llama del centro, en la gran fogata. Todos le prestan atención, todos la observan atónitos, como esperando algo ahí en medio de la oscuridad medianamente atenuada por el fuego que arde en el medio de todo esto. La cantante le aúlla a la luna, la melodía nos hace estremecer. Estaban los que movían la cabeza de lado a lado, los que se tambaleaban de adelante hacia atrás, también los que tarareaban, los que silbaban, esos que sacudían el pie al compás de la percusión, los que no se sabían la letra y balbuceaban algo indescifrable, los que solo cierran los ojos para fluir con las notas y el humo del lugar.
Yo, envuelto en todo esto solo atine a dejarme llevar otra vez y ver que ocurría.

Conocí a un habitante del lugar, me llamo la atención por su atuendo, realmente desentonante con la celebración, como quien lleva un abrigo en el desierto, curioso para ser uno de los más animados y expectantes de lo que estaba por suceder. Le conté como fue que llegue al pueblo por accidente tras andar un rato perdido en un camino de trocha. Él no hablaba mucho, le gustaba escuchar, por eso seguí comentándole como me atrapo el carnaval, como me fascinaron los disfraces, le conté acerca del salón de baile, como todos se quitaron las caras para mostrar sus máscaras al final de este.
Le hablé también del niño centroeuropeo de ojos azules, del argentino mochilero, de los hermosos pasillos de la gran casa y también le dije como fue que fumando un cigarrillo me perdí absorto en mis pensamientos, solo para terminar en la habitación de ventanas amplias.
Este tipo de extravagante atuendo me dijo que aún faltaba lo mejor, que el goza de esta fiesta desde que tiene uso de razón, debía esperar con ansias lo venidero. Luego nos separamos, le perdí de vista o escapó de mí, aun no entiendo bien que sucedió.
Medito todo esto mientras camino, ¿que habrá querido decir? ¿Qué más podría esperar?
Algo más, si, hace falta algo, no podría decir bien qué, pero estoy seguro que esto no puede acabar así.
Me encuentro perdido, estoy en un viaje del cual no puedo salir, no quiero salir o tal vez no tengo los cojones para hacerlo. ¿Será todo esto real o una simple fantasía narcótica?
Sigo caminando y no dejo de pensar en cómo las personas olvidamos nuestra triste condición humana y aspiramos a algo más. Nadie tiene claro que es este "algo más", así que solo nos queda vivir. Solo queda disfrutar nuestro tiempo en este hermoso jolgorio que es la vida. No conozco nada igual. Supongo que seguiré paseando por este lugar, dicen que algo grande está por venir.

Texto agregado el 22-08-2015, y leído por 121 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
23-08-2015 Muy bueno, megusta el tema***** jordifont
22-08-2015 Sólo se trata de vivir, esa es la historia... glori
 
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