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“La extraña belleza de la música africana radica en que es capaz de levantar el ánimo aunque cuente una historia triste. Puedes ser pobre, vivir en una choza inmunda y haber perdido el trabajo, pero esa música te da esperanza. A menudo trata de las aspiraciones del pueblo africano, y es capaz de inflamar la voluntad política a los que, de otro modo, podrían permanecer indiferentes".
Nelson Mandela (1918-2013)

Alguien me dijo un día que lo único que me puede impedir avanzar en la vida soy yo mismo, que la suerte es esa quimera difícil y juguetona que dicen que ronda por nuestras vidas, aunque lo único realmente cierto, me decías, mientras alisaba tu negro pelo, que todo depende de nosotros pues en nuestras manos está nuestro propio destino.
En este instante tengo la certeza, en tu fría cama de hospital, la hermana muerte te está tendiendo ya la mano, aunque no sé si serás consciente de ello ni de lo que le rodea, pero si pudiera hablar contigo me dirías… “tú sigues siendo igual de carajote…”; no estés triste al verme así, pues… aunque estoy sola en este instante, desde mi inconsciencia física, sigo mirando al cielo y pensando que el sol también está solo y sigue brillando.
Recuerdo como me decías que entre elegir ser pesimista u optimista, siempre elegías lo segundo, no importándote el momento ni la situación, pues tu optimismo siempre tenía un plan para vencer a la excusa con el que el pesimismo algunas veces quería cortar tus alas.
Verte ahora así me lleva a pensar que la vida es una puta mierda, pero si pudieras abrir los ojos, volver un momento a tu consciencia, seguro estoy que me dirías que en esta vida nada es fácil, ni el trabajo, ni la familia, ni los hijos, en pocas palabras nada, pero dirías, mientras dabas una calada a ese pitillo de Fortuna, que pueden venir cuantas pruebas difíciles quiera la vida, que si uno quiere puede poner la fuerza necesaria que te permita darle una patada en el culo, levantarte y seguir caminando.
Y tú que huías de todo lo que significara la palabra amor, pues decías que no querías ataduras ni ser lazo que atara a nadie, no parabas de decir que amara a la vida, con sus problemas y sin sabores, que amara al máximo cada segundo como si fuese el último, pues la felicidad se consigue, decías una y otra vez, detrás de tantas y tantas cervezas que nos habremos tomado, que la felicidad se consigue valorando lo que tienes y no deseando lo que puedan tener los demás…
Me decías vive, vive al máximo, tú que ahora te estás apagando, vive y fabrica o te inventas los buenos momentos, pues los malos van a llegar solos…
Yo sé que eres tan cabezota que ahora mismo, estarás viéndote a ti mismo, en ese cuerpo casi inerte en una cama perdida de un hospital cualquiera y te estás poniendo ese reto de dejar con el culo al aire la opinión dada por los médicos, sobre tu pronta marcha…
Siempre te gustaron los desafíos, ninguno nunca te llegó a paralizar, es más decías que te ayudaban a conocer a esa cabra loca que eres.
La vida era muy aburrida sin retos decías, nada interesante si no eras capaz de superarlo para darle sentido a tu existencia. Que veías que todos decíamos esos es imposible, es una tontería abarcarlo y perder las energías, cogías, metías barriga, soltabas aire, te apretabas el cinturón y empezabas a correr como alma que lleva el diablo, para levantar ese tu vuelo…aunque cuando te pegabas el tortazo de nuevo, nuevamente a tomar aire pues tú siempre veías o ves en todo una esperanza que no tiene final, que no se le ve el final antes que decir que lo que puedes tener delante de tus ojos ahora, aunque no lo abras, estén cansados, sea un final sin esperanza.
Nada ni nadie es capaz de hacerte daño pues siempre tenías esa sonrisa y esa frase tan lapidaria, tan cortante y sensata de decirle a tus caídas en la vida: “gracias por darme la oportunidad de conocer cómo eres y de que voy a tener la oportunidad de encontrar algo mejor que tú”
Y en este instante que ni me conoces yo te diría, o a lo mejor me lo dijo a mí mismo… deja amiga que tus sueños sean más grandes que tus miedos y que tus acciones sean más fuerte que tus propias palabras…, pues tantas veces me dijiste que el tiempo es oro, que no se puede perder en tonterías, pues si nos quedamos mucho tiempo mirando cómo se cierra una puerta, no nos daremos cuenta que otras se nos están o están a punto de abrirse.
Tu estado actual te llena de calma, pues me dirías… anda para que me voy a agobiar, solamente es un mal día, un maldito mal día en mi existencia, no una mala vida pues mi vida siempre será maravillosa…
Cierro página, tiro el libro y hasta pego fuego a la biblioteca decías, pero nada ni nadie te iba a avinagrar la fiesta para quitarte la posibilidad de convertir cualquier día, por jodido que fuera, en ese mejor día de tu vida.
Te diría amiga que te quiero pero sé que me ibas a responder que yo no tengo, ni la propia gente, ni la más mínima idea de lo que es amar…
Amar no es encontrar a tu príncipe, a tu princesa, a la felicidad llamando a cada segundo en tu puerta, amar no es encontrar ni a la persona perfecta, ni a la perfección en esta imperfecta vida, amar decías, entre cigarrillo y cigarrillo, es cuando eres capaz de aprender e interiorizar que somos capaces de ver e interiorizar las cualidades de una persona imperfecta, de un imperfecto día o de cualquier momento imperfecto, del cual siempre se puede sacar algo…
No voy a seguir escribiendo, es más si estuvieras bien me dirías, que estará muy bien, pero que este tiempo lo dedicaba más a reírte con mis tonterías, consolarme en mis abatimientos y acabando con la Cruzcampo.
Me dirás que todas estas torpes palabras están perfectas, son lo mejor para mí, siempre que lo que decida hacer, ya sea con estas líneas o cualquier circunstancias en mi vida…me asegure que lo haga para ser feliz…
Sí, ya lo sé, voy ahorrarte que me lo digas, esa frase que tanto te gusta, que tantas veces me decías: recuerda que por muy larga que sea la tormenta, el sol vuelve a brillar entre las nubes”.
Ahora solamente veo tormenta, pero tú no sé dónde carajo estás viendo el sol, pero sé que lo ves, pues a ti nunca te interesó el ayer, mirabas con ansia el mañana que viene, pues sé que ahora mismo, estando como estás vives este día y lo disfrutas como si fueras el último, el maldito último, aunque de tus labios saldría esa frase: “ amigo, casi hermano, disfrutemos de este momento, de este día, como si fuera, el primero el único y el último día de nuestras vidas”
Pero te prometo que no voy a llorar, cuando todo se apague no voy a llorar, es más voy a coger una jarra de cerveza, un pitillo que hace tanto que no pongo en mis labios, de fortuna si aún existe y te susurraré al oído esas palabras de Mario Benedetti: “No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el tiempo"

Texto agregado el 19-08-2015, y leído por 60 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
19-08-2015 Excelente texto. Un placer leerlo. glori
19-08-2015 Optimismo a prueba de fuego.Un Abrazo. gafer
 
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