De pronto escuché aquel sonido, el inconfundible rechinar de los goznes sin aceite de la puerta principal anunciando que alguno de mis padres, por alguna razón había regresado temprano a casa, por supuesto que no te percataste de ello pues los sonidos producidos por el vaiven de nuestros cuerpos hacía que solo un oido, como el mio, acostumbrado a los ruidos de la casa supiera que nuestra intimidad estaba a punto de ser invadida.
Sin embargo no pude (o no quise) decir nada pues estabamos a punto de alcanzar el climax. Tu cintura, tu espalda, la expresión de tu rostro me dejó atonito y cada vez escuchaba mas fuertes las pisadas en el pasillo. Casi dos años a tu lado y por fin descubro la intimidad de tu cuerpo. Tanto que había esperado este momento y ahora se convetira en un amargo recuerdo, un reproche, una reprimenda que tal vez termine con todo lo nuestro.
Recuerdo aquel dia que te conocí te veias tan linda en aquel trajesito sastre cuando te subiste al trasporte que no pude evitar acercarme y preguntar tu nombre, la sonrisa que me regalaste fue el detonante de la locura por ti. Nunca lo entendí ¿por que al verte no brotó la timidez que me ha perseguido como sombra a lo largo de toda mi vida? a tu lado soy, he sido ese que siempre he querido, ese que solo puedo concebir en sueños. Al que no le tiembla la mano al sostener la de una dama, eres la unica con la que me sucede eso, no tiemblo ni dudo al tocarte, ahora mis manos sobre tus piernas, sobre tus pechos dibujan caricias sin titubear.
Las pisadas de han detenido frente a mi puerta y tu alcanzas el extasis para luego acomodarte en mi pecho, nadie se atreve a interrumpirnos, sino que escucho que se alejan nuevamente y comienzo a decirte lo mucho que me gustas, que te quiero, que te amo con todo mi corazón y no hay nada ni nadie que pueda superar la felicidad que has traido a mi vida, sin embargo ya estas dormida y un pequeño ronquido escapa por tu boca. No puedo acompañarte a dormir, no puedo quedarme, el sonido del despertador me obliga a salir de aqui a despertar en mi cama, como siempre, solo. No puedo evitar quedarme en aquella posición horizontal y pensar que esta noche te buscaré y escucharas todo lo que tengo que decir, que eres todo para mi y no me canso de estar a tu lado, por ahora me conformo con esto, con verte cada noche o cada vez que tengo la gracia de soñar contigo pero no descanzaré hasta encontrarte despierto, tal vez me dirán que solo eres un sueño, pero yo sé que tu eres mi realidad. |