Y la vida prosigue....
Hasta cuando se anide en mí una enfermedad mortal
Hasta cuando se te acabe toda esperanza
Hasta cuando descubres que tus errores condenaron a otros y le sumaste dolor.
He realizado quizás 90 cosas buenas, pero 10 de ellas me he equivocado mucho y ahora que las descubro nose bien qué hacer...
Amar a los hijos es para siempre, pero uno tiene temores, contradicciones, no hay receta, ahí entonces en un error de danza descubres que un par de cosas destruyen la felicidad de ellos y ya es tarde para reparar.
Emparejarse y descubrir que parte del problema ha sido que, dilatas darte cuenta que ya no nos creemos, comprendemos, que nadie acepta su parte y que la única solución sea separarse y no saber cómo hacerlo, es fuertemente angustiante.
Descubrir que tengo muchas cosas parecidas a mi padre, a mi madre, que por algún momento algunos rasgos, creencias, errores, formas, contradicciones, cosa de piel se fueron impregnando en mí traduciéndose en actos que a la larga traen vacios impresionantes.
Sentir que tengo tantos sueños, proyectos, en un cuerpo más cansado, pero que estos van junto con el reconocimiento del fracaso en otros aspectos de mi vida, es fuertemente doloroso.
Me duele el cuerpo, me concentro en ello y pido a un ser más grande que no permita que estos dolores se desencanden en enfermedades que, por sus características te dejen inerte, inválida, vegetal o que signifique la muerte aún no esperada.
Ya no hay palabras, acciones válidas que puedan devolver el tiempo atrás....Descubrir que si hubiera hecho tal o tal cosa todo habría sido distinto para todos y luminoso.
Quiero que nadie pierda, pero parece que eso no existe...
Quiero que sean todos felices pero ya no esta en mis manos...
Quiero de pronto desaparecer, pero esta forma de responsabilidad de hacerme cargo de todo no me deja.
Catársis literaria, pero de corazón. |