Es linda, no te voy a decir que no. Pero debe ser una de esas clásicas minas histéricas, que se creen la... ¿cómo se llama? La rubia esa mortal que actuó en Batman. Dale, boludo, la que está casada con el petiso que la vuelve loca a la Titi. La Kidman. Eso, se cree la Kidman. El “Sietevelo” y el “Colorado” me contaron también que anda en cada una!...El ex le pegaba y ella se metió en la droga... ¿o era que el ex se drogaba y por eso ella le pegaba? Buen, algo así, con drogas y golpes, seguro. ¿O el mercaba con droga? Era algo groso.
Uh... ¡Mirá cómo me mira! ¡Me tiene ganas! Mirá, boludo, mirá. Le brillan los ojos, casi se le están por salir. O capaz que está falopeada y es por eso. Claro, seguro que es eso. No me extraña, por algo le pegaba el ex. ¡Con los tipos con los que debe haber estado esa chirusa! Pero, sin embargo, ¿Porqué no me puede estar mirando con ganas? Al fin y al cabo, no tengo nada que envidiarle a nadie. Sobre todo desde que la largué a la Pecosa. ¿Te la conté esa? Estábamos cenando y le dije “Mirá, Pecosa, esto así no va” Así le dije. “Yo quiero vivir la vida” y... después...¿Cómo fue que me dijo? Ah, sí. “¿Y yo no te dejo? ¿Soy una carga ahora?. Pero andate nomás perejil, si hace meses que me acuesto con otro” Pero eso lo dijo de puro rencorosa nomás. Porque si algo tenía la Pecosa era que era rencorosa. ¿Cómo se iba a estar acostando con otro? JA. Me río de eso. ¡Si dormía en casa todas las noches! Salvo claro las que tenía que estudiar en lo de su amiga, Romina. Y los viernes, que se iba a visitar a sus viejos. Y los domingos a la noche, que tenía torneo de golf.

Pero eso no viene al caso. La cuestión es que le batí la típica: “No sos vos, soy yo” y todo eso. Me levanté y me fui. Desde entonces hago fierros, me cuido, todo. Estoy bastante fachero. Te digo que hay minas atrás mío que ni conozco. El otro día el Turco me dijo: “A mi hermana le encantás” Así me dijo el muy loco. ¡Y eso que yo a la hermana no la veo desde los siete años!. Aunque debe estar medio fulera, porque el Turco la entrega por cualquier cosa. Le quiere presentar a su hermana a todo el mundo.

Como decía, puede ser que esta mina me tenga ganas, entonces. En una de esas se sienta en su cuarto, rodeada de heroína, llorando porque no le doy bola. Capaz que sí. Por eso se droga, pobrecita, hay que entenderla. Sola, pensando en mi, con ese maricón que le pegaba. ¿Y si voy y la encaro? Podría decirle “No pude evitar notar que me mirabas, soy Esteban. Mis amigos me dicen el Nene” Y ella va a estar que se desmaya de amor. Aunque por ahí me manda a la mierda. ¿Eso que tiene puesto es una alianza? Ah, no, vi mal. Seguro que la muy turra se la sacó antes de venir para ver si se levantaba algún macho que le financie la heroína. Pero eso no. Yo no se la voy a bancar. Seguro que tiene dos pendejos a los que no les da bola porque sale a levantarse tipos por ahí. O a buscarme a mí. Deben estar descalzos y con hambre, pobrecitos. ¡Qué guacha! ¡Ahora no la encaro un carajo! Ni que estuviera tan bien. ¡Por eso le pega el dorima! Porque se acuesta con cualquiera delante de los hijos descalzos, entre las jeringas que usa para la heroína junto con su amante de turno, pensando en mí. ¡Qué bajo que cae la gente!.