MI MUSA Por mi musa hoy me siento abandonada y me digo qué fue de nuestro pacto: yo debía invocarla y en el acto volvería a mi mente transformada. Si mi musa esta noche no ha acudido y entender tal ausencia no he logrado, le pido que por Dios vuelva a mi lado y me explique qué fue de tal pedido. Cuando pienso que mi musa se ha hecho vieja y su muerte era cosa presentida, triste espero que me dé la despedida. Y al sentir que por fin ella se aleja para siempre de mí pienso enseguida: ¡No! No ha muerto mi musa... ¡Está dormida!
Texto agregado el 11-08-2015, y leído por 414 visitantes. (10 votos)